Queda poco suero en el gotero, apenas para seis horas. La remesa nueva llegó esta mañana por las antípodas y parece que servirá también para lo autóctono. Otros 365 ml de sabores nuevos.
Escurrido casi el bote, parece haber salido bueno, al menos a eso sabe.
Gracias a todos los ingredientes que me lo aderezaron; a los dulces, a los agrios, a los ásperos y a los sobrios; también a los fríos y a los aterciopelados, a los exóticos, sin olvidarme de los lejanos, los espumosos, los enmascarados y los que quisieron dormirme el paladar; agradecido también estoy a los solaces, a los cremosos y cómo no a los afrutados. Gracias por aportarme la energía necesaria para hacerme más resistente a los virus y pertrecharme de argumentos la conciencia, el alma y el entendimiento. Seguiré al parecer, silbando el mismo cuento.
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