En línea con la entrada anterior, estoy dando vueltas a las infinitas veces en las que empleo, llevado por la inercia del lenguaje, el adjetivo humano y sus derivados para destacar los valores que nos desmarcan precisamente de la bestialidad o el irraciocinio y que por tanto nos elevan frente al resto de las seres vivos en una situación de privilegio evolucionista.
A raíz de los hábitos sociales antes referidos cada vez más reiterados (todos ellos protagonizados precisamente por el género homónimo) me asaltan dudas connotativas: ¿Está vaciado de contenido dicho calificativo? ¿Refiere significados obsoletos? ¿Los valores que le suponemos son sólo un juego de apariencias fingidas, de galones oxidados? ¿Es lo originariamente humano propiamente animal, brutalmente primario y espantoso?
Dudas que me endudan la mirada
DG
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