Exhorto a las manos caídas de todos los hombres y mujeres que interpretan la dantesca danza del disimulo en Naciones Unidas, a que se eutanasien por cuestión de derechos humanos. Su cuerpo, comatoso, languidece sin dejar hacer, como agonizaron en su día los viejos Diplodocus del Cretácico. Encharcados sus pulmones por inoperantes discursos, paralizados sus brazos por gestos de cara a la galería, extrábica la mirada por ver sólo ciertas cosas y escoliada la espalda por dar la misma a las situaciones sin réditos económicos significativos, sus actos lejos de ayudar, insultan.
Hace unos años conocí a una cooperante internacional. Tuvo la desgracia de trabajar en lo que suponía era la alta cumbre del mundo a nivel humanitario uniendo a todas las naciones para preservar los derechos de la especie y las demás. Su sorpresa al encontrarse un organismo burocrático manejado por grandes corporaciones y atendiendo a intereses mercantilistas, casi le cuesta la salud mental. Por suerte escapó de sus teatralizados argumentos.
Andando el tiempo, entre otros desmanes planetarios propios de la condición humana, ahora Marruecos aplasta nuevamente al pueblo Saharaui delante de los medios de todo el planeta autodenominado "civilizado"(deberíamos cambiarlo por anestesiado). Empezando por sus vecinos y llegando a los acomodados del cuadrangular edificio de NYC, todos adoptan posturas cluecas y engolan la voz, tosen y dicen lo que les han dictado decir. ¿Sucede lo mismo cuando Israel ataca Palestina (o viceversa)? Debe ser que las modas son las modas o de que hay ciertas poses que no dan bien en las fotos y total, los habitantes del Aaiun son trapos viejos.
David Gamella
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