lunes, 3 de enero de 2011

Gabilondo

Suenan disonantes las razones por las que el laureado Iñaki Gabilondo vea la estocada en su carrera periodística tan así, como a suerte cambiada, sobre todo estando en el gobierno los que se creen socialistas. En todas las esferas hay influencias, apoyos y disensiones y en esta tan alta no iba a ser menos -la información cotiza en bolsa. Claro que si estuviéramos en los despachos de los que deciden lo que se dice y lo que no públicamente (léase los que censuran), quizá sabríamos la suerte de esos muletazos de desgaste que han danzado en torno a quien parecía tener ya decantado su destino. Porcentualmente parece que los detractores pudieron con los que le daban apoyos, aunque ministros hubiera de por medio. Pero con el dinero nadie puede sobre todo si "el Berlusco" viene desde lejos.
Sea como fuere, Gabilondo (no si por conciencia, por mosqueo o por despecho) se ha ido diciendo cosas que no se dicen habitualmente porque son silenciadas por las redacciones de todo color y tufo. Aduce que vivimos en una dictadura de los mercados, obviando funestamente que el medio a través del que el habla es tan dictador, censor y manipulador como las macroestructuras corporativas...pero bueno, al menos algo es algo y se fue matando, lo cual le honra; la pena es no haberle oído con esta claridad siempre.
Aquí van dos muestras que sirvan de coronas florales para la televisión que nos queda:




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