jueves, 4 de febrero de 2010

Rodriguez Chapucero, compañia de sainetes y esperpentos

Al señor Rodriguez Chapucero parece que sólo le queda rezar. ¿Pero cómo le irá en las plegarias, si además hace gala de agnosticismo? ¡vaya por dios, con las casullas hemos topado! Lo que tiene uno que hacer para salir en los papeles (y en las pantallas).
Rezos aparte, el sainete gubernamental en el que se ha convertido la vida política parece tener los mejores y más ingeniosos guionistas. A estos habría que proponerles al premio Nobel de dramaturgia si lo hubiere, pues superan día a día la trama de la función. Cuando decae la escena, proponen un quiebro argumental, enfatizan los focos y elevan el tono burlesco. Y entonces el público, en un buen porcentaje ocioso, se revienta a aplaudir, se deja las manos (cuestión que tampoco está demás por razones climáticas) y espera ansioso otro capítulo más de la interminable saga. Los actores principales andan, bien es cierto, algo despistados en las tablas, pero el cómico mayor, siempre atento, está al quite con algún improvisado gag mordiente. Este tipo de parodia "live" como del "Cuentame" en versión "Aquí no hay quién viva", nos provoca risa a raudales (¡cuidado que tienen gracia, estos chicos!), nos entretiene tanto o más que Chiquito, aunque no parecen tener tan buena acogida estos alardes escénicos por encima de los Pirineos; por ahí fuera no entienden nuestro acerbo, son demasiado siesos, les gusta que todo vaya bien, que ningún aire les despeine, que las cosas salgan como pone en los papleles (sobre todo en los que llegan a final de mes) y claro, nuestras charangas poco o nada inspiran a tan recto personal. ¡Qué poco entender el arte!
Aquí preferimos improvisar, hacer unas ñapas con cinta aislante y un poquito de silicona (¡pedazo invento!) a ver si me comprende, hacer como que hacemos, creernos la llave del universo. El guión ha de ser viviente, al minuto, fresco como el marisco fresco, al hilo de la calle. Que hay menos ingresos, pues que suba el gasto; que no me salen las cuentas, pues me las invento; que bajan las encuestas, pues civilizo a las civilizaciones; que la gente pierde el empleo, pues esto... esto... que el Barsa represente a España en el extranjero. ¡Jua, me parto! ¡Qué puntos, qué puntos! Ahora, que tal y como está de usurera la Sgae seguro que les va ya mandando a uno de sus recaudadores sabuesos para olisquearnos con su canon la cartera (¡ahí van a perder unas perrillas el perrero!) y ¡ojo!, pues al tratarse de obras públicas saldrá de nuestros bolsillos su jamoneo.

¿Tienen otro guión los de la siguiente compañía? Es que los carteles están en la imprenta y hay que anunciar algo al público. ¡Ah!, que tampoco saben, que van ya si eso cuando tal... Venga calla, no me hables de más bufones que estos tienen todavía cuento, anda traeme una cerveza que empieza otra función.
Paparapapapá:
¡Viva Pepe Gotera y Otilio!
¡Arriba la Esteban!


Estamos que lo partimos.


David Gamella

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