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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mona Polacca



Mona Polacca

“Nosotras conformamos el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas. Somos una unidad. Somos una alianza de oración, educación, y sanación para nuestra Madre Tierra, para todos sus habitantes, para todos los niños y para las siguientes siete generaciones"



“Nosotras, las abuelas, hemos surgido de esa oscuridad, a mirar esta belleza, a mirarnos y estrechar al mundo con los brazos abiertos, con amor, esperanza, compasión, fe y caridad”
Estados Unidos. Máster en Trabajo Social, Universidad del Estado de Arizona, 1996. Doctorado en Justicia e Investigación Social, Universidad del Estado de Arizona. Miembro de las Tribus Indígenas del río Colorado, Arizona. Miembro del Consejo Internacional de las Trece Abuelas.“Nosotras conformamos el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas. Somos una unidad. Somos una alianza de oración, educación, y sanación para nuestra Madre Tierra, para todos sus habitantes, para todos los niños y para las siguientes siete generaciones. Estamos muy preocupadas con la destrucción sin precedentes que está sufriendo nuestra Madre Tierra y la destrucción de las formas de vida indígenas. Creemos que las enseñanzas de nuestros antepasados iluminarán nuestro camino hacia un futuro incierto. Nos esforzamos en expandir nuestra visión a través de la realización de proyectos que protegen nuestras diversas culturas: tierras, medicinas tradicionales, idiomas y prácticas ceremoniales de oración y a través de proyectos para educar y enseñar a nuestros niños. Nos unimos a todos aquellos que honran a la Creación y a todos aquellos que trabajan y rezan por nuestros niños, por la paz mundial y por la sanación de nuestra Madre Tierra”. Éste es el texto de la Declaración del Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas.La abuela Mona es una de las trece abuelas que se reunieron por primera vez una noche a mediados de octubre del año 2004 en un paraje entre bosques, campos y ríos en un rincón del Estado de Nueva York. Esas mujeres procedían de los cuatros puntos de planeta (Circulo Polar Ártico, América del Norte, del Sur y Central, África, Tíbet y Nepal) para cumplir una profecía muy antigua que conocían varias tribus indígenas del mundo: “Cuando las abuelas de los cuatro puntos cardinales hablen, comenzará una nueva era”. Cada una de las abuelas sabía en lo más profundo de su ser que un día iba a formar parte de un consejo porque se lo habían dicho de distintas maneras. A algunas de ellas, se lo habían dicho sus abuelas cuando eran pequeñas.
Las abuelas están consideradas como leyendas vivas y cada una, en calidad de mujer sabia, curandera, chamán y sanadora de sus tribus, tiene el deseo de compartir nuevas visiones y profecías para la humanidad, fuentes de sabiduría de sus pueblos y enseñanzas de vida propias de cada tribu. Su meta última es vivir en armonía con su entorno, respetando la naturaleza y su prójimo.
El nombre de Mona Polacca, como los orígenes de sus antepasados de la tribu hopi/havasupai/tewa, es parte indisociable de su identidad. Por parte de madre es havasupai, el pueblo del agua azul y verde originario de la zona del Gran Cañón. Por parte de padre, es hopi-tewa, del norte de Arizona. Su apellido, Polacca, significa “mariposa” que simboliza en la cultura hopi la transformación espiritual del hombre. Mona comenta que los indígenas han pasado por un tiempo de lucha y de oscuridad del cual están saliendo como un gusano se transforma en mariposa: “Al principio se arrastra sobre la Madre Tierra en forma de gusano y solamente ve lo que tiene delante. Luego, llega el momento en el que se mete en un capullo y se adentra en la oscuridad. En esa oscuridad, tiene lugar un cambio completo. Al final, sale al mundo, a la vida, convertida en una criatura preciosa. Pero no emprende el vuelo inmediatamente, se queda a la espera, tomando contacto con los elementos de la vida, con el agua, con el aire, con el fuego y con la tierra. Luego, bate las alas y vuela y ve el mundo desde una perspectiva completamente diferente”. Ésta es la historia que le contaron a Mona cuando fue llamada mariposa.
Mona aprendió la forma de vida indígena de sus abuelos, quienes siguen presentes en todo lo que hace hoy en día. Aprendió a rezar para honrar a sus antepasados que a través de sus rezos hicieron posible que ella esté aquí: “Si yo puedo estar de pie o arrodillada sobre mi Madre Tierra rezando, es gracias a ellos”. La enseñanza más importante se la transmitió su madre, que le dijo que no había venido sola a este mundo, que siempre sería la representante de la familia próxima, de la comunidad, de la tribu, del pueblo y de las naciones indígenas, fuera donde fuera. Por eso, Mona tiene mucho cuidado cuando habla y actúa. El respeto al ser humano, a los elementos de la vida, a la naturaleza y a todo lo que la rodea es su guía para evolucionar en el mundo.
Y Mona Polacca viaja mucho. Lleva casi 30 años trabajando en casos de alcoholismo y drogadicción que azotan a los indígenas americanos. A partir de los años setenta, cuando se pusieron en marcha en las reservas los programas sociales de ámbito federal, Mona trabajó con los más jóvenes: organizó festivales para jóvenes y mayores donde los ancianos contaban a los jóvenes la forma tradicional de vivir la vida. Los jóvenes oían canciones, música y danza tradicionales, lo que les daba un sentido de identidad. Mona dice: “Así los jóvenes aprenden que esas formas de vida siguen existiendo, que no son algo de museo. Pueden tener en sus manos lo más sagrado de nuestras tradiciones. No es historia, es una parte esencial de nuestra vida actual”. Mona Polacca ha llevado a cabo varios estudios sobre el comportamiento adictivo, la violencia doméstica dentro de los pueblos indígenas y sobre los ancianos. Posee además más de 10 años de experiencia como consultora de servicios de evaluación y soporte técnico para programas sociales y de salud adaptados a los ancianos de tribus indígenas. Una de las grandes preocupaciones actuales de Mona y del Consejo de las Trece Abuelas es el agua, su accesibilidad a todas las comunidades y la preservación de las medicinas de la Tierra, sin olvidar el tema de las patentes.
Las abuelas indígenas desarrollan proyectos en nombre del Consejo pero también desarrollan iniciativas individuales. Desbordando energía y recursos, las abuelas generan mucho entusiasmo por todas partes iniciando proyectos o apoyándolos. El último encuentro (el sexto) del Consejo de las Trece Abuelas Indígenas tuvo lugar en Oregón, Estados Unidos, en agosto de 2009.
Mona recuerda una frase de un profesor espiritual suyo que resume bien la acción de las abuelas y la suya: “Es en el compartir de los sueños que un sueño se mantiene”. La manera de preservar su cultura, sus ceremonias y sus conexiones espirituales reside en compartir los conocimientos, así se mantienen vivas, presentes física y espiritualmente.

viernes, 17 de febrero de 2012

La destrucción del derecho laboral


El Gobierno está deshaciendo una parte del sistema jurídico establecido tras años de luchas sociales


Este título no es una metáfora, es la expresión de una realidad. Las medidas que acaba de aprobar el Gobierno y que vienen a modificar los derechos y obligaciones de empresas y trabajadores, en realidad tan solo suprimen o recortan derechos de los trabajadores. Se habrá perdido por ello el equilibrio en que se basa toda rama del Derecho. De hecho, eso es lo que se pretendía, porque  ¿qué significa sino "flexibilizar" y "desregular" las relaciones laborales? El Derecho del Trabajo era, hasta ahora, un conjunto de normas que disciplinaban aquellas relaciones, que ahora quedan sin regular o que pierden su valor. Por consiguiente, se está transfiriendo la fuerza del Derecho desde el código jurídico a las manos del más poderoso, que será siempre la empresa.
Entre las medidas adoptadas ocupa un lugar preferente la del "abaratamiento del despido". Los trabajadores, a partir de ahora, han de temer que les puedan despedir más fácilmente, y tendrán aún menos fuerza para oponerse a posibles decisiones de la empresa contrarias a la ley. De hecho, ni se atreverán a denunciar las arbitrariedades ante los tribunales, porque se encontrarán con que, incluso en el caso de que estos les den la razón, tal decisión no comportará el restablecimiento de sus derechos. La empresa se librará pagando un precio módico. Es decir, la empresa podrá comprar con dinero el silencio de la justicia.
Todo ello justifica la reacción indignada no solo de los sindicatos, como representantes de los trabajadores, sino de todos aquellos que saben que el derecho al trabajo es un derecho humano fundamental y que el código jurídico es un instrumento civilizador de las relaciones humanas. Es lamentable la miopía de muchos que no saben ver el daño que estas medidas harán al proceso que la Humanidad quiere recorrer hacia la justicia social. Lo veremos claramente cuando el panorama de las relaciones de trabajo de muchas empresas vuelva a parecerse más a un sistema feudal que a una democracia moderna.
Los trabajadores no se atreverán a denunciar posibles arbitrariedades 
La verdad es, no obstante, que de todo esto estábamos advertidos. La política neoliberal que se ha ido imponiendo en los últimos años en el terreno económico lo hacía presagiar. A mediados de los años ochenta ya había quien, entre los sabios laboralistas, nos pronosticaba, con complacencia, que muy pronto veríamos "el desmoronamiento del derecho laboral". El Derecho del Trabajo, juntamente con la Seguridad Social, se había convertido lentamente, con el tiempo, en el recambio civilizado de las revoluciones sociales decimonónicas, y vino a conquistar pacíficamente, con sus normas, nuevos espacios de justicia social. Esta rama del Derecho significaba un compromiso entre el poder del empresario y las exigencias de justicia y participación de los trabajadores en la empresa. El Derecho del Trabajo trataba de canalizar la confrontación que comporta la misma naturaleza del trabajo por cuenta ajena y proporcionaba amparo al trabajador que se proponía establecer una relación laboral desde una posición solitaria, aislada y por lo tanto, débil. El Derecho disciplinaba, además, la acción colectiva de los trabajadores a través de la dinámica sindical.
Todo ello parecía indicar que la vieja lucha de clases estaba encontrando vías de superación y que la barricada se había convertido en código o en convenio colectivo. Parecía que los derechos fundamentales de carácter social y económico que el consenso universal estaba aceptando, iban penetrando, también, en el reducto de la empresa por la vía de la extensión de la cultura democrática. Daba la impresión de que lo justo y conveniente era seguir progresando por este camino, hasta convertir la empresa en un territorio de colaboración constructiva. Pero la llegada de una nueva crisis del sistema capitalista ha sido suficiente para que resonara machaconamente esa consigna de salvación: "Hay que flexibilizar el mercado de trabajo", "hay que desregular el Derecho del Trabajo". Pues bien, con las nuevas normas se ha dado satisfacción a estas pretensiones. Cuantas menos normas, mejor…
Este es, pues, el auténtico fondo de la cuestión. Si el Derecho son normas, lo que está haciendo el Gobierno es destruir con esta reforma una parte del sistema jurídico establecido democráticamente y consolidado después de años de sacrificios y de luchas sociales. Y en cambio, lo que nos acercaría a una democracia avanzada –utilizando palabras del preámbulo de nuestra Constitución– sería un sistema cada vez más participativo en las decisiones que afectan a los ciudadanos a todos los niveles, también a nivel laboral. Y todo ello, ordenado de la manera más perfectamente posible por la regla del Derecho.
La reforma pretende volver al liberalismo puro del ′laissez faire′
Por lo tanto, nadie puede negar que la reforma que ha de aplicarse a partir de ahora camina en sentido opuesto a estos horizontes de civilización y progreso. Es un intento de retorno a las fórmulas liberales más puras dellaissez faire.
Una vez llegados a este punto, habrá que entrar en polémica con aquellos sectores que justifican la reforma como un mal menor necesario para reactivar la economía, crear nuevos puestos de trabajo y aligerar esa lacra social persistente que es el paro. Pero estos, seguramente, no se atreverían a poner la mano en el fuego y asegurar que esta reforma laboral pueda ser determinante para conseguir aquellos objetivos, y que no existen otras alternativas. En cualquier caso, el daño que se habrá hecho al equilibrio humano dentro de las empresas y al proceso histórico de la justicia social, será difícilmente reparable; habremos perdido así casi un siglo en el camino del progreso.

Francesc Casares i Potau, Andrés Pérez Subirana, Judith Barceló Cisquella y Jessica Bolancel Ferrer son abogados

domingo, 15 de enero de 2012

Stephen Hawking

Tras su magnífico logro vital contra todos los pronósticos médicos, el admirable científico ha cumplido 70 años, mientras continúa encarando nuevos retos científicos.
Ayer pude ver unas imágenes suyas disfrutando durante 30 segundos de la ingravidez en un avión de la NASA. Ante la realización de ese sueño no pude responder sino con lágrimas de emoción al comprobar su felicidad.
Mi aplauso de admiración a este ser humano que ha derrumbado las leyes de la banalidad estelar mediática, esa empobrecida constelación fugaz de nenas siliconadas y machitos hormonados en la que sólo cuenta la cáscara, y que ha socavado todas las limitaciones que la naturaleza le ha impuesto, para aportar pensamiento e irradiar luz propia a la sociedad.
Un reciente discurso suyo terminaba de esta manera:
"Así que permítanme terminar con una reflexión sobre el estado del Universo. Ha sido una época gloriosa en la que vivir e investigar en física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años y me siento feliz si he aportado mi granito de arena. El hecho de que nosotros, los humanos, que también somos meros conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, hayamos sido capaces de acercarnos tanto a la comprensión de las leyes que nos gobiernan a nosotros mismos y nuestro Universo es un gran triunfo. Quiero compartir mi emoción y entusiasmo por esta búsqueda. Así que acuérdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el universo. Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan".
DG

sábado, 24 de diciembre de 2011

Adios a John Chamberlain


Fallece a los 84 años John Chamberlain, 

el mecánico del arte


John Chamberlain, uno de los protagonistas del arte del siglo XX, murió la noche del miércoles por causas naturales en su casa de Manhattan a los 84 años de edad. Fue su esposa Prudence Fairweather, quien lo anunció en The New York Times, diario que le recuerda como "el artista que consiguió otorgar a los metales automovilísticos un lugar en la historia de la escultura". Chamberlain, considerado por muchos el Pollock de la escultura, se dio a conocer por ser el primero en utilizar como material creativo los "metales encontrados", sobre todo chasis y trozos de coches aplastados y doblados, que utilizó con gran libertad creativa, exaltándolos por medio del color. Nacido en 1927, en Rochester (Indiana), Chamberlain estudió en el Art Institute de Chicago y entre 1955 y 1956 formó parte del Black Mountain College, por aquel entonces uno de los entornos más abiertos a las nuevas teorías y experiencias artísticas del planeta.


Chamberlain, que arrancó desde el expresionismo abstracto para llegar al arte pop, consiguió combinar estas dos tendencias en obras dinámicas creadas con metales coloreados y otros elementos industriales, aunque también experimentó con una gran variedad de materiales, desde el papel a las telas, que combinaba en vibrantes collages escultóricos. Aunque la tridimensionalidad de la escultura fue su primer y quizás único amor verdadero, también se midió con la pintura y el vídeo, ejerciendo una notable influencia en movimientos artísticos contemporáneos, como el minimalismo y el pop.
El estadounidense trabajaba a partir de un espontáneo proceso de improvisación, que se plasma en la ausencia de acabados sofisticados y en los bordes mellados, que reproducen en tres dimensiones las pinceladas instintivas y gestuales de los expresionistas abstractos. Al mismo tiempo, siempre rechazó la búsqueda de significados ocultos en sus obras, negando las interpretaciones de quienes aseguraban que se inspiraban en la violencia de los incidentes automovilísticos. Por ello, siempre insistió en pedir al público que observara sus piezas sin prejuicios previos, que se guiara por el juego estético, abstracto y lírico que sus obras generaban.
Sus primeras piezas se remontan a 1957 cuando, influido por las obras de David Smith, realizó sus primeras piezas en metal soldado y la escultura Shortstop, que marca el principio de su idilio con la chatarra automovilística. El éxito fue casi inmediato. En 1961 ya exhibía sus obras en la muestra The Art of Assemblage en el MoMA de Nueva York. En 1964 estaba en la Bienal de Venecia y casi anualmente exponía en la galería Leo Castelli, de Manhattan.
A finales de la década de 1960, influido por su amigo Andy Warhol, se dedicó a la dirección de películas como Wedding nightThe Secret life of Hernando Cortez y Wide point. A partir de los ochenta se estableció en Sarasota (Florida), en un gran estudio donde podía crear obras de dimensiones cada vez mayores, pero en los últimos años de su vida regresó a Nueva York, donde siguió trabajando hasta el final en su estudio de Shelter Island. Las esculturas de Chamberlain, que a lo largo de su carrera recibió muchos premios y reconocimientos, forman parte de las colecciones de los principales museos del mundo, y entre 2006 y 2008 se han organizado importantes retrospectivas de su obra en Venecia, Colonia, Berlín y París.

Mis mejores deseos


jueves, 22 de diciembre de 2011

Héroes silenciados

La historia de una persona que debería ser considerada y admirada por su gesto en este mundo infesto de ronaldos, messis, ferraris y no se cuantas estupideces más.


“Solo pensaba en protegerla y que me pegaran a mí en su lugar, pero al final los dos recibimos una paliza. No entiendo a este Ejército que en lugar de protegernos, viola el honor de las egipcias”. Detrás de la imagen de la mujer que fue golpeada y desnudada por los militares durante una manifestación hace unos días hay otro protagonista: Hasan Shahin.
Él no aparece en la foto de Reuters que fue portada en medios de todo el mundo y que ha sido censurada en Egipto, como símbolo de la represión. Sin embargo, en un vídeo en el que se recoge el asalto de los militares a la plaza de Tahrir, además de la escena en la que los soldados golpean, pisotean y arrancan la ropa a la muchacha, se puede ver a un joven que intenta en vano arrastrarla y que acaba recibiendo una paliza por detenerse a ayudarla. Ese es Hasan.
Tiene una sonrisa tímida bajo los moratones y es alto y delgado. Le acompaña Yasmin, una amiga periodista, como él, que le mira con admiración mientras habla. Hasan tiene 20 años y ha vuelto a Tahrir “en cuanto he podido”, pero se encuentra mal y decidió ir al hospital para que le echaran un vistazo. Tiene seis puntos en la ceja y el brazo en cabestrillo, pero lo que más le duele es no lograr entender por qué los militares actuaron así. “Había ido a cubrir la información. Vi el Instituto Egipcio en llamas y llamé a mi periódico. Luego vi cómo los militares rompían la verja del Consejo de Ministros y se lanzaban contra los manifestantes. Fue entonces cuando la vi en el suelo. Le grité que corriera pero no respondió y pensé que podía estar inconsciente”.
El vídeo muestra a Hasan tratando de llevar en volandas a la chica. Una conocida “de otras manifestaciones” cuya identidad guardan con celo sus amigos. “Se encuentra bien. Hablé con ella en cuanto me atendieron en el hospital ese día y hablo con ella a diario. Su familia no sabía que había ido a manifestarse, son muy conservadores, así que no quiere hablar con la prensa, ni que se sepa ningún dato que pueda identificarla. Pero es fuerte y se está recuperando en casa”, afirma.
El joven trató de identificarse como periodista ante los militares y les gritó que la mujer estaba inconsciente, pero hicieron caso omiso. “Fue una sensación horrible. Pensé que la dejarían ir y que me pegarían solo a mí, pero no les importó”. En los últimos días, además de Hasan Shahin y la mujer de la fotografía, más de medio millar de manifestantes han sido heridos y 14 han muerto, la mayoría a causa de heridas de bala, mientras las elecciones legislativas siguen su curso.
Hani Enas, un arquitecto de 30 años, recibió un disparo que le atravesó el estómago y salió por la espalda. Pero ha tenido la suerte de contarlo. En el hospital de Qasr el Ainy, cuenta que el viernes que se iniciaron las protestas estaba en casa y vio en la red social Twitter que los militares estaban disparando a la gente. “Me dirigí hacia allí porque pensé que siendo muchos podríamos disuadirlos”.El joven trató de identificarse como periodista ante los militares y les gritó que la mujer estaba inconsciente, pero hicieron caso omiso. “Fue una sensación horrible. Pensé que la dejarían ir y que me pegarían solo a mí, pero no les importó”. En los últimos días, además de Hasan Shahin y la mujer de la fotografía, más de medio millar de manifestantes han sido heridos y 14 han muerto, la mayoría a causa de heridas de bala, mientras las elecciones legislativas siguen su curso.
Cuando llegó a la calle del Parlamento vio cómo “los soldados tiraban piedras desde un edificio”. Después de tres horas de enfrentamientos “unos 40 soldados con piedras y palos y dos oficiales con pistolas” les persiguieron. “Oí disparos. Uno de los oficiales me mostró su arma y creí que me estaba advirtiendo. Entonces sentí un dolor en el estómago y pensé que sería una pedrada. Me senté y cuando empecé a perder sangre dos o tres chavales me sacaron de allí”.
Enas reconoció a su agresor en una foto publicada por un diario egipcio. “En cuanto salga le denunciaré. El hecho de que no se haya castigado a los culpables antes ha permitido que se crean intocables. No pueden tratarnos como si no tuviéramos dignidad, siempre gobernando con el terror”, argumenta. “Nunca debimos aceptar que tomaran parte en la economía ni en la política del país”, prosigue Enas. “Los soldados obedecen a mandos que tienen sus propios intereses”. Ni Hasan Shahin ni Hani Enas ven claro el futuro. “La violencia solo puede generar más violencia”, explica el primero. “Si el pueblo ve que les atacan con balas no está muy lejos el día en que piensen en tener sus propias armas para defenderse”.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Nuevas cartografías. Frédéric Lordon

Encontrado en Le Monde Diplomatique este análisis del devenir internacional

TRAS CADA FRACASO, EL NEOLIBERALISMO DOBLA SU APUESTA

¿El euro ante el derrumbe?

Por Frédéric Lordon*

Si no fuera trágica sería cómica la tozuda iteración de las recetas de austeridad presupuestaria que emanan de cada cumbre europea, que sólo sirven para profundizar la recesión. Los neoliberales extraen de la calamidad económica que causaron no su certificado de defunción sino exigencias más feroces a la sociedad.


or experiencia se sabe que podemos mirar cómo Laurel lanza tortas a la cara de Hardy (o a la inversa) muchísimas veces y pedir que lo repitan sin cansarnos nunca, pero, ¿y las cumbres europeas?... Por un lamentable error de apreciación, aunque con la sin duda loable intención de combatir la morosidad, la Unión Europea (a la cual podría agregársele el G20) parece haber considerado que la cómica repetición era un arma posible contra la crisis. Apenas se vislumbra otra hipótesis a la altura de la asombrosa recurrencia a la payasada, convertida en la única línea firme y clara de los gobernantes europeos, totalmente pasmados.
En su descargo hay que reconocer que, en el corsé de las obligaciones presentes –monumental choque recesionista post-crisis financiera, permanente supervisión de las políticas económicas por los mercados de capitales, independencia y pusilanimidad del Banco Central Europeo (BCE), ortodoxas obsesiones alemanas, falta de soberanía unitaria–, en rigor la actual ecuación del euro no tiene solución...
Si hoy día en Europa no reina el espíritu de Laurel y Hardy, entonces quizás reine el de San Agustín: “Credo quia absurdum” –“Creo porque es absurdo”–. Es cierto que en Europa el encarnizamiento dogmático hacia y contra todas las informaciones de lo real es lo último que de verdad impresiona. Después de todo, recién estamos en la Quinta Cumbre de la Eurozona (1); la parte agustina consiste en constatar la aberración y la parte cómica en la repetición de comunicados de felicitación por haber –al fin– aportado una solución global (comprensiva) a los problemas de la zona euro… antes de tener que rehacer todo al siguiente golpe. Sabemos que el público es propenso al derroche, y sin duda es por eso que la oficina de turismo siente la necesidad de renovar el espectáculo proponiendo sensaciones cada vez más fuertes (nuevas instituciones, nuevos países a salvar, nuevas ingenierías financieras, cada vez más montos comprometidos, etc.). En verdad, no muchos tienen ganas de reír, ni siquiera en la última Cumbre del Eurogrupo del 27 de octubre de 2011 cuyos formidables (y siempre comprensivos) cumplimientos no habrán tardado una semana en quedar casi reducidos a nada por intermedio del referéndum griego, récord absoluto.

Cuidado con olvidar

En realidad, y quizá resida allí lo propio de una época que se comparará sólo imperfectamente con la crisis de la década de 1930, las reacciones gubernamentales toman el doble carácter –en apariencia contradictorio– de una perfecta leonera donde la improvisación le disputa a la incomprensión crasa los acontecimientos en curso, y el despliegue oportunista pero muy metódico de una inflexible agenda neoliberal. Hay que tener en cuenta esta ambivalencia para justificar tanto cumbres “Helzapoppin” [N. de la R.: baile frenético popularizado en una película de Hollywood de 1941] como la impresionante resiliencia estratégica que permite al sistema actual extraer de los subsuelos de la (su) crisis la ocasión de una profundización histórica sin precedentes. En este asombroso período en que se juega el destino del neoliberalismo de modo binario, coherencia e incoherencia son, pues, partes iguales del mazazo definitivo y la explosión en pleno vuelo.
El programado impulso al olvido es tan poderoso que hay que recordar siempre cuánto los acontecimientos actuales deben su origen a la crisis de los créditos hipotecarios, perfecta expresión de una configuración del capitalismo en la cual la indefinida compresión de salarios sólo dejó como solución de apoyo a la demanda el sobreendeudamiento de las familias. De suerte que, por interposición del salvataje de los bancos y la recesión, el Estado se vio arrastrado a su pesar, consecuencia de la debacle financiera privada… demasiado feliz por verse metamorfoseada así en crisis financiera pública. Entonces, es por el lado del G20 y en sus ediciones 2009 (Londres, Pittsburgh) que se abre la secuencia de cumbres “stop-and-go”. ¿Pero quién recuerda aún los gritos de alivio que profirieron los gobernantes junto con los comentaristas, alivio probablemente proporcional al santo temor que los había dejado pasmados el otoño boreal de 2008, cuando se habían acercado al borde del abismo? En efecto, es preferible olvidar los comunicados triunfalistas, las promesas de otra regulación financiera (que tiene buena cara en 2011, cuando el sistema bancario amenaza de nuevo con la ruina total) y la seguridad de que “ahora la crisis está detrás de nosotros”, que se vacila en clasificar en la categoría de alegre provocación recurrente o de tontería astronómica. No se necesitó ni un año para que la recuperación anunciada tuviera una seria sacudida y la revelación del deterioro de las finanzas públicas griegas sirviera de detonante de lo que se recordará como el peor cambio de toda la historia de la política económica. Por un instante hubiéramos podido ilusionarnos en que los gobiernos habían sabido aprender de los errores del pasado y en especial de los desastres de la Gran Depresión, ¡pero nada de eso! La aceptación de los déficits por medio del juego de los estabilizadores automáticos (2), única estrategia de mediano plazo practicable (no era la delirante tutela de los mercados), no habría durado un año. Y Grecia fue el pretexto tan ideal como aparentemente bien fundado para cambiar todo el dispositivo de la política presupuestaria, que pasó brutalmente de la práctica razonada de los déficits a la desesperanzada empresa de su forzosa reducción.
Excepto aquellos a quienes se persiste en llamar los “responsables”, ahora conocemos demasiado –aunque eran evidentes desde el comienzo– las razones que condenan al fracaso la estrategia de la austeridad generalizada: la imposibilidad de que cada país por separado compense mediante la demanda exterior el estrangulamiento de la demanda interior, porque todos los demás optan también por el rigor, conduce fatalmente a frenar el crecimiento, así como la pérdida de ingresos fiscales destruye el efecto de la reducción de gastos. Todo se ubica bajo la mirada y la férula de inversores internacionales cuyo horizonte temporal es rigurosamente incompatible con el necesario mediano plazo para un ajuste macroeconómico de semejante amplitud. De ahí resulta este absurdo encadenamiento en el cual las alzas de las tasas de interés que desataron los ataques de pánico especulativo degradan acumulativamente los saldos presupuestarios (el servicio de la deuda profundiza el déficit que alarma a las finanzas que hacen subir las tasas que aumentan el servicio de la deuda…), a lo que las políticas económicas responden profundizando la restricción… y las deudas –de vez en cuando Standard & Poor’s o Moody’s, perfectos agentes ambientales, aportan su amable contribución al clima de locura general–. Impulsadas por el pánico financiero, tanto el alza de las tasas como las aberrantes reacciones de las políticas económicas se llaman las unas a las otras, en una sinergia tóxica que la serie de cumbres europeas intensifica cada vez más.
Sin embargo, a riesgo de constituir una paradoja, esta línea de caos se desdobla en una línea estratégica que en cada etapa ve cómo el crecimiento del desorden es acompañado de un crecimiento paralelo de los avances neoliberales.

Los que ganan con la crisis

Porque no todo el mundo pierde con la crisis. Y desde el otoño boreal de 2008 ganan no sólo los banqueros gratuitamente sacados a flote, con bonos y dividendos. Desviando la atención de las taras de las finanzas hacia el “problema de la deuda pública”, habrán llevado a su cima un cierto arte de la distracción, el escamoteo y el contraataque.
No porque nada suceda del lado de las deudas públicas –incluso muy rara vez se vio una explosión tan espectacular–. Pero no pasa nada que no sea efecto directo de la crisis financiera privada, y los banqueros que fanfarronean por no deber nada a la sociedad, ya que reembolsaron las ayudas de urgencia, como si no tuvieran nada que ver con la recesión que siguió, el hundimiento de los ingresos fiscales y la explosión de los déficits, hacen pensar en esos aprendices pirotécnicos que pretenden que, por haber pagado la pólvora, son inocentes del desastre que con ella se causó.
Los banqueros no perdieron la ocasión, ni tampoco los informados administradores de la agenda neoliberal, a quienes por lo menos se les reconocerá el real talento de haber convertido en gran avance una crisis que debería haber significado su histórica descalificación.
En realidad, hace mucho tiempo que las gesticulaciones sobre el tema de “la deuda” intentan, por intermedio de los informes Pébereau (3) y Attali (4), preparar el terreno y acostumbrar a las mentes a la idea del despojo. Pero todas las comedias de la imprecación o los trémolos de la quiebra futura no podían bastar para acreditar la existencia de un problema inexistente –en todo caso hasta 2008–. Sí lo pudo la crisis financiera privada, que provocó a ojos vistas el aumento de las deudas públicas. Y como el “problema de la deuda” nunca pareció constituido tan objetivamente, una heteróclita combinación de estrategas oportunistas y creyentes de primer grado se precipitó en la brecha para proclamar, falsamente inquieta y verdaderamente encantada, la urgencia –al fin– del gran ajuste. Bajo la apariencia de una respuesta “racional” y “necesaria” de la política presupuestaria a una coyuntura particular, lo que en el verano boreal de 2010 apareció fue, en realidad, una estrategia estructural de achique, incluso habría que decir de desmantelamiento del Estado social, forzada por una situación de la cual los liberales creen poder extraer la suficiente justificación como para hacer pasar lo que hasta aquí no pasaba.
Ya conocíamos los procedimientos ordinarios de ajuste presupuestario: no reemplazar a los funcionarios que se jubilaran, disminuir sus salarios nominales, recortes salvajes en el gasto público, recorte de las prestaciones sociales, aumentos del IVA, etc., pero esta coyuntura bendita de los dioses autoriza a practicarlos a una escala sin precedentes. Ya es hora de añadir a la simple intensificación cuantitativa el cambio cualitativo.
Así, no es casual que la idea del ajuste presupuestario, aparecida a inicios de 2010 bajo su forma “ordinaria” al principio, desde 2011 adoptó la forma superior de la llamada “regla de oro” (5), empresa inédita de constitucionalización del equilibrio de las finanzas públicas, colmo de la despolitización y sueño neoliberal de un ajuste automático, sustraído a la deliberación soberana, remitiendo cualquier objeción a las normas lejanas, supremas e incuestionables de la Constitución.

Derrotas que son triunfos

La propiedad más impresionante del neoliberalismo reside seguramente en su capacidad de alimentar sus avances con sus propios fracasos. Y las cumbres europeas son el escenario por excelencia de esta transmutación, que sin duda todavía no terminó. Porque la misma austeridad, adquisición sin embargo tan notable como irreversible (sólo una credulidad infantil podría creerla transitoria y limitada al “mal momento a pasar”), la austeridad, pues, conocerá el mismo calamitoso destino que los anteriores hallazgos liberales…y la misma gloriosa superación.
En efecto, esta vez, aun conservando lo que tan bien se había almacenado, habrá que cambiar de terreno, ya que hoy la contra-productividad tóxica de las austeridades europeas coordinadas es demasiado visible. Lo es para los inversores que reclaman una cosa y su contrario –la disciplina presupuestaria y el crecimiento… metódicamente destruido por la disciplina presupuestaria–. Empieza a serlo para los mismos gobiernos, totalmente a remolque de los mercados y ocupados en seguir como pueden los desplazamientos de sus sucesivas exhortaciones. Por último lo es, pero esta vez de un modo más serio, para el Fondo Monetario Internacional (FMI), que empieza a temer que la restricción mate a la recuperación (6) (y hoy la propia Christine Lagarde parece dudar de las posibilidades sincréticas de la “rilance” [de rigueur y relance, rigor y recuperación] (7) o de la Comisión Europea, cuyas previsiones de crecimiento registran los efectos del desastre anunciado.
El crecimiento de la Unión Europea para 2012 se revisó de 1,75% a… 0,5% (8). Para 2011, el Reino Unido pasó de 1,7% a 0,7%, para 2012 de 2,5% (!) a 0,6%. Francia repasa sola sus propios anuncios: de 1,75% a 1%. Incluso Alemania se da cuenta al fin de que no puede sobrevivir aislada en medio de un océano de quiebras –con mayor motivo cuando alardea de su modelo de crecimiento, proveniente de las exportaciones–. En 2012 no será de 1,8% como preveía, sino de 1%, dixit el gobierno alemán, más bien de 0,8% según los institutos independientes.
¿Qué puede quedar de la estrategia de ajuste de los déficits cuando todos los incrementos se hunden en un conjunto tan encantador, y cuando incluso esta sincronización promete algunas sinergias acumulativas sangrientas? Confusamente, los gobiernos parecen tener conciencia de ello y ya pueden observarse los primeros cambios de pie, que no abandonarían las preciosas conquistas del rigor sino que les añadirían nuevos desarrollos en nuevas direcciones. Es que en realidad el neoliberalismo tiene dos obsesiones: el Estado y la resistencia del asalariado. Pero, como las cosas no podrían expresarse con esa alegre brutalidad, aplasta al primero pretextando “la deuda” y ataca al segundo hablando de “costo del trabajo y competitividad”. He aquí donde el impasse de la austeridad ofrece su propia salida: si bien el rigor se muestra calamitoso incluso desde el punto de vista de sus objetivos alegados (la reducción de los déficits), nada impide añadirle la estrategia de la recuperación del crecimiento mediante la competitividad –es decir, por la reducción del costo completo del trabajo–.

La ilusión del modelo alemán

Así, bien pronto se verá, de hecho ya se ve, cómo pivotea el discurso de las políticas económicas europeas para moderar la lógica de las simples vueltas de tuerca y reemplazarla gradualmente por la idea de rebote mediante las exportaciones competitivas: la constricción de la demanda interior es hoy demasiado evidente, la salvación reside, pues, en la demanda exterior. Rebautizada “devaluación interna” con ese sentido de maquillaje verbal que es la marca de la época, ese refrito de la desinflación competitiva de los años 80 (9) conocerá el mismo fracaso que su versión original, por al menos dos razones. En primer lugar, y suponiendo que tuviera alguna eficacia intrínseca, sólo manifestaría sus beneficios en el mediano o largo plazo (Alemania necesitó una década de deflación salarial dura para constituir su actual ventaja competitiva), es decir, en un horizonte temporal fuera de proporción con la urgencia del nuevo comienzo del crecimiento, único capaz de reducir con rapidez los ratios deuda/PIB.
Pero es la misma idea de que todos los Estados europeos adopten abiertamente esta estrategia lo que la condena más seguramente a la inutilidad, porque por definición sólo tiene un sentido unilateral. La ventaja competitiva es un dato relativo, también es muy posible querer que todos adopten el virtuoso modelo alemán, pero solamente al precio de olvidar que su generalización es en sí misma autodestructiva. Tan sólo quedaría la austeridad propiamente salarial que viene a superponerse a la austeridad presupuestaria, y una constricción suplementaria de la demanda interna que viene a agregarse a la ausencia de expansión de la demanda exterior, que se convendrá sería un resultado espléndido. Pero finalmente poco importa: como la ineficacia de las políticas neoliberales nunca fue razón suficiente para recusarlas, le quedan todas las conquistas institucionales almacenadas en el intervalo que las separa del flagrante fracaso, conquistas de las cuales el “pacto por el euro” de marzo de 2011 ya señaló los principales objetivos –reducción de las jubilaciones, facilitación de los despidos, descentralización de los acuerdos salariales, desmantelamiento de los estatutos protegidos (CDI [Contratos de Duración Ilimitada], función pública), conforme a la lógica liberal de que todo lo que puede concebirse como flexibilizante terminará flexibilizado, todos motivos que debemos hacernos a la idea de que pronto serán el nuevo e insistente estribillo de la política económica.
Pero la crisis de las deudas soberanas, cuyos desarrollos en cualquier momento pueden quedar fuera de control, ¿dejará simplemente tiempo a los gobiernos para negociar ese nuevo vuelco? Nada es menos seguro, porque en la actualidad entre las maniobras dilatorias del neoliberalismo y la dinámica de su propia descomposición se establece una carrera de velocidad.

Los banqueros lo harán peor

Las finanzas, que hoy pasaron al modo “pánico”, amanecer de su eterna lógica de probar límites, salieron a alinear a los candidatos al salvataje uno detrás del otro –y cuanto más grandes son los potenciales trofeos, más excitantes son–. Actualmente Italia está en el centro de su atención y es de temer que ya no salga, si no es a través del rescate financiero (bail-out). El extravagante nombramiento de primeros ministros tecnócratas-banqueros, barbarismo político tan grosero que incluso los medios de comunicación se dieron cuenta, durará poco. El único mérito que podría reconocérseles a las eminentes figuras de Mario Monti y Lucas Papademos, ¿no es de ser simplemente más creíbles en el manejo de las tuercas, es decir en eso mismo en lo que están fracasando? Lo único que puede esperarse de ellos es hacer lo mismo que sus antecesores pero peor, o bien constituirse en los promotores de la “devaluación interna” llamada al mismo destino. Es verdad que hace tiempo que Monti mostró sus credenciales europeas al indicar que en el euro veía una oportunidad histórica de “germanizar el enfoque presupuestario” de Italia (10)… Entonces, de aquí a varios años, podría darse que su súbita entrada a la escena política aparezca retrospectivamente como una de esas aberraciones que atestiguan las desesperadas maniobras de un sistema que llega a su fin –ex funcionarios de Goldman Sachs y/o del BCE, ex economistas diplomados en las universidades más consagradas a transmitir la ortodoxia fallida (11), es decir, más o menos el retrato robot de todo lo que fracasó… y no por eso es menos repetido–, además del desprecio de la política democrática, como conviene a todos los gobiernos que se pretenden “expertos”.
Seguramente, en la actual situación esos dos hombres providenciales no encontrarán mucho que pueda ayudarlos. Porque desde que se presenta a Italia en lo alto del tobogán, se torna muy evidente que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) ya no está a la altura de su tarea. Un rápido cálculo sugiere que tan sólo Italia agregaría 600.000 millones de euros a las potenciales cargas del FEEF –por ahora dimensionado en 440.000 millones de euros–. Es cierto, la cumbre del 27 de octubre se complació en aumentar la capacidad del Fondo en un billón… pero al anuncio no siguió ningún detalle práctico. Alemania repitió que no se comprometería más allá de su actual límite. En cuanto a los terceros países (China y las petromonarquías) a quienes se les ha pedido limosna, con gran asombro se percibe su escaso entusiasmo ante la idea de embarcarse en la balsa de la Medusa [de salvataje]. Y eso sin siquiera imaginar lo que acontecería con el pobre Fondo si por azar a Italia le sigue España o –¡vaya!– Francia…

Un Fondo desfondado

Por un trágico efecto de serrucho, cada nuevo candidato al salvataje acude al FEEF dos veces: primero –evidentemente– del lado de sus desembolsos, luego del lado de sus recursos, porque ni qué decir que un país, al entrar en la lista de los socorridos, abandona ipso facto la de los salvadores. Sigue una re-nivelación de la carga de conjunto sobre los garantes que quedan… lo que evidencia con mayor crudeza los límites del principio que consiste en salvar del sobreedeudamiento a unos sobreendeudando a otros. En Francia, aun sin llegar al bail out declarado, la simple pérdida de su triple A enviaría al FEEF a pique, amenazado a su vez de perder sus fondos por culpa de su segundo principal contribuyente –y a partir de ahora vemos bien que se trata de un acontecimiento que no habría razón de excluir completamente–.
Para su desdicha, el pobre Fondo está además abrumado por misiones que no le producen nada. Dado que expertos inquietos, sin duda reunidos secretamente por algunos gobernantes en dificultades, querrían que rescatara en los mercados secundarios los títulos soberanos de los Estados miembros en dificultad, como manera de poner un dique al alza de sus tasas de interés. Pero ese tipo de operación no podría ser asunto de un Fondo que, por su esencia, tiene medios limitados –y que, por supuesto, los inversores estarían continuamente “testeando”–. Sólo un banco central, imprimiendo moneda en cantidad virtualmente infinita, puede atravesar la especulación con alguna chance de éxito. Incluso sería necesario que se decidiera a ello, y más aun, que lo dijera alto y fuerte, es decir, anunciando compromisos ilimitados, única manera de impresionar a los mercados y hacerlos retroceder. El BCE no hace ni lo uno ni lo otro. Sin duda interviene, en este mismo momento, pero tan poco como le es posible y casi avergonzado, en cualquier caso arrastrando ostensiblemente los pies, y siempre demasiado tarde, mientras que la situación ya superó sus umbrales críticos de deterioro.
Es que el BCE es una de las altas esferas de la tara europea: prisionero de dogmas absurdos, reglas paralizantes y obsesiones alemanas, es también el epicentro del problema objetivo de riesgo moral en el seno de una comunidad de políticas económicas conducidas independientemente pero solidarizadas de hecho por su común pertenencia a la Eurozona. Acorralado, hoy día el BCE intenta regular con todo el esmero que puede una posición de compromiso donde se juega su propia existencia. Intervenir masivamente, como se le pide en la actualidad, equivaldría a sus ojos a validar la inconducta de los Estados con finanzas degradadas, y lo que es más, sugiriéndoles implícitamente la posibilidad de abusar de él de nuevo, como último recurso siempre disponible –es decir, la peor incitación posible a la ortodoxia presupuestaria de la cual él se considera guardián–. Pero no intervenir es correr el riesgo de dejar que la situación de conjunto se deteriore, a tal punto que la destrucción de la zona euro se convertirá en la única salida posible, y con ella la desaparición del BCE en tanto tal.
Ser infiel a sí mismo o perecer, he ahí el dilema del cual el BCE intenta salir como puede… ¿Pero no es demasiado tarde? Y por haber sacrificado demasiado sus principios ¿el BCE no dejó atrás el punto de no retorno?
La generalización de la lógica depresionaria, inevitable correlato de austeridades ciegas, en la actualidad alumbra en todas partes hogares especulativos, de donde resultan el alza incontrolable de las tasas de interés (Italia, la última a la fecha, cuyas tasas a diez años pasaron de 5,8% a mediados de octubre a 7,5% a mediados de noviembre) y la degradación acumulativa de la deuda de Estado en cuestión. Francia, temblando, espera conocer su suerte. Sabe que está en la zona gris o, aunque todavía no abiertamente cazada, ya es un blanco en estado latente, entre rumores, “torpezas” de agencia e informes sospechosos (13). Por ahora, todas las economías que entraron en esa zona sólo salieron de ella en el tren de la desencadenada especulación, y obligadas a tomar la dirección del FEEF –pero del lado incorrecto de la ventanilla–.
De la inutilidad de las cumbres repetidas, destinadas a volver a recorrer ad nauseam las inextricables contradicciones de la actual moneda única, hasta los nombramientos a los más altos cargos de tecnócratas que se espera sean providenciales, pasando por la epidemia de falsas alternancias (Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, de nuevo Grecia, pronto España, y luego quizás Francia) reemplazando los mismos a los mismos, la zona euro transpira desesperación. Y empieza a apestar a muerto. ¡Quizás no sea la insurrección que llega, sino el descuartizamiento! En realidad ¿el descuartizamiento de quién? La paradoja de la época quiere que sea simultáneamente el de las poblaciones, que ya comenzó, pero quizás también el del propio neoliberalismo. Ya que este último bien podría estar tirando sus últimos cartuchos. Incluso más, porque la inepta “devaluación interna”, el gran salto federal hacia adelante, última solución susceptible de salvarnos a todos, es justo asunto de apenas una media década –no es seguro que las finanzas tengan el buen gusto de esperar hasta entonces–. El campo en ruinas que sucederá al encadenamiento de defaults soberanos y hundimientos bancarios tendrá al menos la poderosa virtud de la tabula rasa, y para todo el mundo, incluidos los liberales. Nunca se vio a un sistema de dominación rendir sus propias armas. Hay que emplear energía, mucha energía, tanto la proveniente de la onda de choque de un derrumbe sistémico como de un levantamiento interno. Que el segundo impulso acompañe al primero, y por todas sus incertidumbres, quizás no estaría tan mal: si del neoliberalismo o de las poblaciones, sólo uno de los dos debiera pasar a mejor vida, que al menos sea él.


1. Cumbres “Grecia-1”, 9-5-10; “Irlanda-Portugal”, 28-11-10; “Pacto por el euro”, 11-3-11; “Grecia-2”, 21-7-11; “Grecia-3”, 27-10-11.
2. La profundización espontánea del déficit en fase de recesión que por sí mismo produce un efecto de reactivación.
3. Titulado con perfecta neutralidad: Rompre avec la facilité de la dette publique (La Documentation française, París, 2005).
4. Rapport pour la libération de la croissance française, La Documentation française, París, 2008.
5. Cumbre del Eurogrupo del 11-3-11.
6. Fondo Monetario Internacional, World Economic Outlook, Washington, abril de 2011.
7. Audacia contradictoria de Christine Lagarde, que quería convencer de que el rigor no contradice la reactivación.
8. European Economic Forecast, Autumn 2011, Dirección General “Asuntos Económicos y Financieros”, Comisión Europea.
9. Política que dirigió Pierre Bérégovoy de 1984 a 1993, la desinflación competitiva apunta a sustituir la compresión salarial con la devaluación del cambio para construir la ventaja competitiva en una estrategia de crecimiento originado en las exportaciones.
10. Charlemagne, “The euro’s existential worries”, The Economist, Londres, 6-5-10.
11. El Massachusetts Institute of Technology para Papademos y la Universidad Bocconi de Milán para Monti.
12. Véase “Le commencement de la fin”, La pompe à phynance, Los blogs del Dipló, 11-8-11.
13. Como el del think tank brucelense Lisbon Institute (15-11-11).

* Economista. Autor de D’un retournement l’autre. Comédie sérieuse sur la crise financière en trois actes et en alexandrins, Le Seuil, París, 2011.

El progreso de la creatividad

Ponencia de Paco Álvarez

El pasado mes de Octubre tuvo lugar el VI Congreso "Proyectos y Utopías" en Madrid. Entre los ponentes el admirado Paco Álvarez, cuya conferencia completa puede verse en el video. Así mismo añado los links de otras intervenciones igualmente interesantes.

El BRUJO (actor): http://www.youtube.com/watch?v=dzPKat9vshE&feature=related
Federico Mayor Zaragoza: http://www.youtube.com/watch?v=oETX2ae6-0k&feature=related
Fidel Delgado (terapeuta): http://www.youtube.com/watch?v=GNWtUQ8Osek&feature=related

miércoles, 12 de octubre de 2011

Jose Luis Sampedro y Juan Ramón Lucas

Creé esta entrada en Enero de 2009, a raíz de la entrevista en "En noches como esta".
He decidido reeditarla al hilo de la última intervención del sr. Trichet, uno más de los talibanes de los mercados, que tanto sorprende a los medios de comunicación (¿en qué mundo viven?). El aludido concluye su cargo diciendo que esta crisis es sistémica. Vamos, que ha nos descubierto la luna.
En la entrevista a Sampedro, el economista de 94 años argumenta que ya en 1947 determinó que el sistema de vida occidental S E  A C A B A. 
Desde entonces los fascistas de los mercados han sembrado toneladas de miedo y la desigualdad la crecido como maleza. Los que pisan por arriba han descubierto que pueden enriquecerse, su único destino, sin necesidad de mano de obra, es decir, los de abajo, que somos mayoría, sobramos, no contamos.
Lejos de ser una condena, esto es una oportunidad histórica para actuar, para cambiar las tornas, porque somos más, somos la inmensa mayoría. Nos lo están diciendo claro, ya no se tapan los mensajes: hay que apretar más sobre los derechos de los ciudadanos y salvar los manirotos bolsillos de los más poderosos. 
Si no actuamos confirmaremos el pensamiento expresado por Luther King para el siglo XX:
"Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas".
Lo verdaderos brotes verdes son las movilizaciones del 15M, de STOP Desahucios, de los profesores de la educación pública, de los movimientos ecologistas, de...




Más de SAMPEDRO:
http://dedavidgamella.blogspot.com/2011/04/admirado-sampedro.html
http://dedavidgamella.blogspot.com/2011/05/sampedro-mas-matices.html
http://dedavidgamella.blogspot.com/2010/03/jose-luis-sampedro-una-perla.html
http://dedavidgamella.blogspot.com/2011/06/el-inclito-jose-luis-sampedro.html
http://dedavidgamella.blogspot.com/2011/06/sampedro-y-la-libertad-de-pensamiento.html

martes, 30 de agosto de 2011

Aprendiz de BRUJO

Cuando el Sr. Zapatero llegó al poder empezó a jugar con cosas serias como el ignorante pupilo de la gestión pública que acaba siendo. Una de sus primeras ocurrencias fue deshacerse de las reservas de oro, porque "¿pa'qué queremos eso?" Ahora resulta haberse revalorizado por encima del 200%. En esta línea, las sucesivas ocurrencias no han cesado y mejor no hacer de ellas reseña porque darían muestra ostentosa de su carácter caprichoso, errático y arbitrario, tal y como sucede con su última gracieta.
Después de años de enfrentamiento, de insultos, desagravios, ruindades y zancadillas servidas por sus oponentes políticos de la gaviota, ahora, ebrios de olvido, se abrazan como antiguos amigos para dar un estacazo acomodaticio, sonrisa en mano, a la Constitución.
El pueblo, en quien reside supuestamente la soberanía, ni pincha, ni corta, ni importa. La medida supondrá una serie de recortes futuros que ahora se enmascaran y camuflan, actos propios de cobardes, que tendrán consecuencias serias sobre las inversiones públicas, sobre las condiciones, ya apuradas, de vida.
Se entendía que la Carta Magna era algo serio, un texto delicado que nos agrupa y que sus reformas requieren mimo, cautela y consenso. Por ello aun no se ha rectificado, ni se ha dejado la tijera a los nacionalistas independentistas, que con tanta ansia babean a sus puertas. Pero sólo se entiende, ya que ahora, al amparo de los amigos neoliberales que nos gobiernan desde lo alto de la colina, en cuatro días se van a reescribir unos renglones torcidos que impedían ciertas intervenciones externas sobre la plebe, esa ignorada masa sucia que importuna, ocupa las calles, las plazas y apesta la alfombra roja de la política feudal de estos días.
Venga, perdamos cuidado, en tan sólo un mes volverán a estar comiendo en nuestras manos y seremos los más guapos, deseables y necesarios del mundo: Se acercan elecciones.
DG

domingo, 28 de agosto de 2011

La alegría de la huerta

Después de muchas horas de trabajo salvaje en la parcela, estas son las alegrías que me reconfortan con los sudores, los esfuerzos y las palizas diarias. Gracias tierra.

viernes, 1 de julio de 2011

FOOD INC.

¿Esto sólo sucede en USA?... me parto


Y un epílogo que no interesa mucho que se vea

martes, 28 de junio de 2011

Primeros Frutos

Dulces, frescos y grandes. Nísperos con los que agradecer el trabajo bien hecho a la naturaleza.

viernes, 20 de mayo de 2011

De SOL a SOL

He estado en la Plaza y me he llenado de vuestra alegría.
Gracias por haber sacado el SOL a la calle, vuestros rayos están iluminando muchos de los salones de este país. Estáis gestando un nuevo SISTEMA SOLAR y eso es algo imparable. Contrapronostico y contra el deseo de mucho apalancado, estáis vivos.
Ahora los indignados son ellos porque no se esperaban la constancia pacífica de estos actos. Nos tenían preparado un sistema educativo diseñado para poner en circulación un flujo constante de gente bovina y ramplona, pero la máquina de hacer churros (felizmente) se les ha roto y no saben como arreglarla (¿Quizá con unos cuantos apaleadores con placa?)
Sois una maravillosa sorpresa. No paréis. No paréis de pensar y de buscar argumentos, sois la cadena de trasmision de grandes pensadores como BAUMAN, SAMPEDRO, TOUIRANE, BECK, BADIOU, KLEIN, CHOMSKY… su semilla está dando frutos inteligentes.
ADELANTE.
David Gamella

jueves, 17 de marzo de 2011

Gambarimasu


Gambarimasu es uno de los verbos más utilizados por los japoneses. Uno puede decírselo a sí mismo o emplearlo para alentar a los demás. Podría traducirse por perseverar o por dar lo mejor de uno, aunque su verdadero y complejo significado trasciende esas acepciones y condensa parte del espíritu colectivo de la sociedad japonesa que estos días asombra al mundo por su integridad.
Es un término que conecta, por ejemplo, con los valores de rectitud, sacrificio o entrega del bushido, el código samurái que se ha ido transmitiendo y que fue un pilar fundamental para cimentar el 
milagro económico japonés tras la II Guerra Mundial. Tres décadas de crisis no han logrado que los nipones dejen de emplear este vocablo a diario y las informaciones que llegan estos días desde las zonas más afectadas por el tsunami reflejan ese espíritu; hablan de gente que guarda largas colas para llenar una garrafa de agua y que vuelve a colocarse al final de la fila para llenar una segunda o de ciudadanos que, pese al miedo, no quieren abandonar la tierra en la que han nacido, vivido y en la que morirán si hace falta. "El espíritu militarista aún está presente en muchos estratos de la sociedad, aunque por encima de eso los japoneses son gente tremendamente amable y con un enorme corazón", comentaba a este diario Hisako Watanabe, psiquiatra del ala de Pediatría del hospital Universitario de Keio, en Tokio, apenas dos semanas antes del terremoto.
El desarrollo durante siglos de la armonía (el llamado wa) como elemento de cohesión -fundamental para cultivar el arroz que ha alimentado durante siglos a un país con poco suelo cultivable- la fuerte influencia del confucionismo -que contempla al individuo como un elemento social obligado a cumplir una función para la colectividad- o la consistencia grupal y las relaciones de codependencia del Japón moderno que explica la antropóloga Chie Nakane pueden servir para comprender parcialmente este espíritu. Lo mismo que la historia de los 47 ronin, suceso del siglo XVIII convertido en uno de los grandes mitos nacionales que versa sobre una cuadrilla samurái que esperó pacientemente para ajusticiar al responsable de la muerte de su señor y se entregó por voluntad propia a las autoridades antes de cometer seppuku (ritual de suicidio). Un relato de lealtad y sacrificio que trae a la mente a los 50 ingenieros que han luchado por enfriar los reactores de Fukushima daiichi.
En cambio, pocos pueden decir lo mismo de los líderes nipones; el Gobierno de Kan sigue planteando dudas y Shintaro Ishihara, polémico escritor y gobernador de Tokio, se lució el lunes tachando el tsunami de "castigo divino". Como ya sucedió en el terremoto de 1995 en Kobe, el pueblo japonés se está mostrando muy por encima de sus dirigentes y en estos momentos parece decirse a sí mismo "¡ganbaru Nihon!" ("¡ánimo Japón, da lo mejor de ti!").



Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/internacional/codigo/arrozales/elpepiint/20110317elpepiint_5/Tes