"En un mundo que se divide entre colaboracionistas y resistentes, me defino como un resistente" P. Virilio
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lunes, 27 de octubre de 2014
Exposición de Escultura #INStaladosCUCC
Vuelvo a lanzarme al mundo desde la estable verticalidad de unas paredes. Vuelvo a gritar expresando, a proponer formas manualizadas, a provocar la discontinuidad de la mirada lejos de la omnipotencia táctil de las pantallas. Vuelvo a destapar los sueños almacenados con plástico de burbujas porque no todos los días se dejan las conciencias acariciar con papel de lija.
Quiero pararme a observar el vacío dejado por unos años sin entrar en el taller, a causa de una cuaresma doctoral de viene durando demasiados calendarios. Quiero ver las caras de quienes se han habituado a mi efervescencia en las aulas y medir lo que pierdo por dejar inmateriales las ideas en la planicie rayada de los papeles.
Si quieres participar de esta propuesta estarán las obras a tu disposición hasta el 18 de Diciembre en la Av. de Jesuitas 34, en Alcalá de Henares.
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martes, 15 de enero de 2013
ARTE, siempre ARTE
Jorge Galindo (Madrid, 1965) y Santiago Sierra (Madrid, 1967)
Una vez más el arte se impone rotundo, directo, evidente, dando forma a lo informe, a lo invisible, a lo que no se quiere ver del derecho; por eso nos lo ponen del revés.
Esta intervención resume 40 años de Transición falsaria, operada en un camerino televisivo, apta sólo para los focos obedientes de un telediario.
Mientras la Varsoviana soviética suena de fondo, desfilan enfilados, como los aborregados del medievo camino del patíbulo, sólo que esta vez la chusma, yonki de sus pantallas, guarda silencio.
"Los encargados" retrata sobriamente el tocomocho de la Transición. Esta intervención político-pública se acompaña con una muestra en la galería
Helga de Alvear.
«Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la
insurrección es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más
sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes.»
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
—París, 23 de junio de 1793
Para más info sobre estos siete enanitos:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/01/15/actualidad/1358249536_768482.html
http://www.ivorypress.com/es/content/el-trabajo-es-la-dictadura
http://cultura.elpais.com/tag/santiago_sierra/a/
http://cultura.elpais.com/tag/jorge_galindo/a/
DG
sábado, 24 de enero de 2009
martes, 19 de febrero de 2008
jueves, 7 de febrero de 2008
lunes, 28 de enero de 2008
¡Cuánto en falta te echo!
¡Cuánto en falta te echo, tiempo de trabajo! Tiempo a las artes dedicado en un mar de restos, ideas y encuentros que a luz sueños daban. Horas entregadas, con música de fondo, a la forma, al concepto, a la suerte y al sentimiento; j
ornadas todas ellas inacabables, plenas, fértiles en los injertos y gozosas por los frutos. Volveré, seguro que volveré por esos fueros al cauce del no saber-haciendo, a la pauta del pensiero, al lugar donde todo cabe, incluso lo no cierto. Mis manos están hábidas, los cuadernos se desbordan ya de líneas y el alma lo llevo primaverado de tan largo barbecho. Quiero quitar, poner, juntar, dislocar, ensamblar y trasvestir, poner reorden al desorden y limar, pulir, clavar, revertir, dar a este urbe mundanal, nombre, espacio y grito. Quiero volver y volveré pues echo en falta el tiempo creador en la horma de mis manos.
miércoles, 2 de enero de 2008
Proyectos Nuevos

Se avecinan diversos caminos, posibilidades alentadoras para avanzar algo más en este difícil mundo de la creación escultórica. Ya se han confirmado varias galerías y ahora se cuecen proyectos para Caja Burgos y Caja Duero. Veamos. Desde aquí gracias a todos los que se están ocupando en que todo esto se haga realidad.


lunes, 14 de mayo de 2007
Acabó "COTIDIANO-SIMULTÁNEO"

Todo llega a su fin.
Con pena acelerada tuve que descolgar de aquellos acogedores muros las 75 obras que conformaron "COTIDIANO- SIMULTÁNEO".
Se cumplieron los plazos y las espectativasse superaron con creces .
Ha habido grandes sorpresas.
Primero la mía, al verlas ahí expuestas a la mirada ajena, ya sin el polvo y el caos del estudio y después de los 568 visitantes que generosamente acudieron a satisfacer su curiosidad durante estas dos semanas.
Una vez cosechadas las críticas, los elogios y las indiferencias, que de todo hubo, espero ahora nuevos proyectos, al parecer también castellanos y voy ya vislumbrando nuevos caminos a seguir.
Aguilar ha sido un lugar mágico en el que he sentido el abrazo de su majestuosa sala de Caja España, el apoyo de los habitantes del lugar, y la amistad de los amigos que hasta ella se han acercado desde bien lejos. A todos gracias.
jueves, 19 de abril de 2007
Ya sólo queda nada

Bueno, en tan sólo una semana me lanzaré a la carretera con la fragoneta repleta de sueños. Seré un bote rodante de sudores y esfuerzos condesados, todos los que me han llevado hasta las puertas de una nueva exposición. Tengo ganas de que la tarde del 28 de Abril pueda cortar la cinta de apertura, pero también, en la recta final, quisiera que ésta se alargara. Quedan muchos detalles, faltan muchas dudas que solventar. En fin, sin pausa y con mucha prisa seguiré a tope hasta entonces.
viernes, 13 de abril de 2007
Texto para la Exposición en Aguilar de Campoo

CREATIO
La creación, una vez más ha cautivado mis manos, ha ocupado el curso de los días y las noches. Sin duda alguna se ha tratado de uno de los retos más duros de los últimos años, pues la confrontación habitual con lo desconocido, ha sido esta vez más desaforada. Aun así me siento satisfecho pues he avanzado seguros pasos adelante y aun retrocediendo, he encontrado cosas, ya que el equívoco, el azar, la falta de destreza también han abierto nuevas vías. Haber conjugado en ellos certidumbres y flaquezas fue el material de todos mis descubrires. Este tiempo ha adoptado la horma de mis manos y de su pulso. Apenas ya miro atrás, contemplo todas las piedras que me han permitido vadear este ancho recodo del río vital.
Las ideas, inestables, según momentos se han aclarado y ensombrecido. Unas veces se han presentado asibles, cercanas, diáfanas y otras encriptadas, convulsas y desatinadas. En ocasiones han mandado las manos sobre la idea y aquellas, que fácilmente se contentan con ser mero pasajero de un trotar desbocado, se han dejado llevar por el ansia de hacer libremente. Luego, cuando el cansancio florecía como remanso necesario, podía entonces la mente organizar tan desmedida carrera en lo andado.
El trabajo ha sido vertiginoso, un torrentoso retrato de lo vivo y la creación que refiero consecuencia de un constante mecanismo interno. Por tanto, no ha habido hojas de ruta, ni programaciones. No he establecido planes previos corseteros, salvo un tema central de partida, como cualquier viaje; este siempre ha empezado en las riberas del ser humano con sus múltiples manifestaciones y requiebros. Éstos, habitualmente, lejos de complacerme, soliviantan mi parecer y activan una voz interna que cada vez más notoriamente trata de denunciar sus malformaciones, entendida la palabra en su más amplio espectro. Este resorte ha encontrado fácil activación en el presente y el futuro que gastamos y me ha servido de excusa para lanzarme a compaginar formas y materiales. Después no he sabido ni cómo, ni con qué, ni hacia dónde he debido hacer; y por delante siempre hallaba una llanura salpicada de inciertos. Aun cuando descansaba, cuando me retiraba la ropa manchada de polvo y pintura y apenas lograba dejar limpias mis manos, los hilos de este telar han completado a sordas procesos que quedaban en duda. Como si de un sistema de canales de regadío que llegan ineludiblemente al mismo aljibe se tratase, el tiempo de no-hacer, de no estar allí delante, ha sido también productivo. Así, lo que he leído, visto, hablado, encontrado, soñado, imaginado, ha conducido caudalmente a argumentar este afán creativo del momento.
Y la escultura ha sido el lenguaje elegido para esta muestra. Quizá porque conlleva el condicionante del tiempo. Siempre he de esperar a que algo fragüe, seque, esté cocido o merme. Este lapso, espacio también productivo, me ha facilitado en la trastienda el trabajo reflexivo, donde se adhieren, ocultos a cualquier mirada, otros matices mientras simplemente vivo. Este tiempo es bueno para calmar las manos de los que, como yo, tenemos avidez de gestos productores. ¡Qué sería del espacio con el que el mundo cuenta, si el lenguaje del volumen tuviera la misma inmediatez que el trazo de los pinceles! Mi caudal energético de escultor ha obedecido las más de las veces a las altas revoluciones de un motor, por lo que he necesitado de otras disciplinas transversales en las que ir depositándome y retroalimentándome.
Al cabo de estos meses han sido numerosas las propuestas escultóricas que he barajado. En el taller han quedado opciones incontables que tal vez lleguen a ser más adelante, pero hasta aquí han alcanzado las decisiones de considerar finalizadas unas cuantas obras. Ahora es vuestro tiempo de activar la mirada y el entendimiento. ¡Ojala en él nos encontremos! Os regalo la ilusionada voz que he puesto en estos trabajos. En ellos va un quehacer intenso y sincero que ha sido posible gracias a la paciente generosidad de Raquel y María, que han permitido que me sumergiera, sin darme apenas cuenta, en una vorágine que a veces ni tan siquiera yo lograba entender.
Madrid 28 Marzo de 2007
David Gamella
La creación, una vez más ha cautivado mis manos, ha ocupado el curso de los días y las noches. Sin duda alguna se ha tratado de uno de los retos más duros de los últimos años, pues la confrontación habitual con lo desconocido, ha sido esta vez más desaforada. Aun así me siento satisfecho pues he avanzado seguros pasos adelante y aun retrocediendo, he encontrado cosas, ya que el equívoco, el azar, la falta de destreza también han abierto nuevas vías. Haber conjugado en ellos certidumbres y flaquezas fue el material de todos mis descubrires. Este tiempo ha adoptado la horma de mis manos y de su pulso. Apenas ya miro atrás, contemplo todas las piedras que me han permitido vadear este ancho recodo del río vital.
Las ideas, inestables, según momentos se han aclarado y ensombrecido. Unas veces se han presentado asibles, cercanas, diáfanas y otras encriptadas, convulsas y desatinadas. En ocasiones han mandado las manos sobre la idea y aquellas, que fácilmente se contentan con ser mero pasajero de un trotar desbocado, se han dejado llevar por el ansia de hacer libremente. Luego, cuando el cansancio florecía como remanso necesario, podía entonces la mente organizar tan desmedida carrera en lo andado.
El trabajo ha sido vertiginoso, un torrentoso retrato de lo vivo y la creación que refiero consecuencia de un constante mecanismo interno. Por tanto, no ha habido hojas de ruta, ni programaciones. No he establecido planes previos corseteros, salvo un tema central de partida, como cualquier viaje; este siempre ha empezado en las riberas del ser humano con sus múltiples manifestaciones y requiebros. Éstos, habitualmente, lejos de complacerme, soliviantan mi parecer y activan una voz interna que cada vez más notoriamente trata de denunciar sus malformaciones, entendida la palabra en su más amplio espectro. Este resorte ha encontrado fácil activación en el presente y el futuro que gastamos y me ha servido de excusa para lanzarme a compaginar formas y materiales. Después no he sabido ni cómo, ni con qué, ni hacia dónde he debido hacer; y por delante siempre hallaba una llanura salpicada de inciertos. Aun cuando descansaba, cuando me retiraba la ropa manchada de polvo y pintura y apenas lograba dejar limpias mis manos, los hilos de este telar han completado a sordas procesos que quedaban en duda. Como si de un sistema de canales de regadío que llegan ineludiblemente al mismo aljibe se tratase, el tiempo de no-hacer, de no estar allí delante, ha sido también productivo. Así, lo que he leído, visto, hablado, encontrado, soñado, imaginado, ha conducido caudalmente a argumentar este afán creativo del momento.
Y la escultura ha sido el lenguaje elegido para esta muestra. Quizá porque conlleva el condicionante del tiempo. Siempre he de esperar a que algo fragüe, seque, esté cocido o merme. Este lapso, espacio también productivo, me ha facilitado en la trastienda el trabajo reflexivo, donde se adhieren, ocultos a cualquier mirada, otros matices mientras simplemente vivo. Este tiempo es bueno para calmar las manos de los que, como yo, tenemos avidez de gestos productores. ¡Qué sería del espacio con el que el mundo cuenta, si el lenguaje del volumen tuviera la misma inmediatez que el trazo de los pinceles! Mi caudal energético de escultor ha obedecido las más de las veces a las altas revoluciones de un motor, por lo que he necesitado de otras disciplinas transversales en las que ir depositándome y retroalimentándome.
Al cabo de estos meses han sido numerosas las propuestas escultóricas que he barajado. En el taller han quedado opciones incontables que tal vez lleguen a ser más adelante, pero hasta aquí han alcanzado las decisiones de considerar finalizadas unas cuantas obras. Ahora es vuestro tiempo de activar la mirada y el entendimiento. ¡Ojala en él nos encontremos! Os regalo la ilusionada voz que he puesto en estos trabajos. En ellos va un quehacer intenso y sincero que ha sido posible gracias a la paciente generosidad de Raquel y María, que han permitido que me sumergiera, sin darme apenas cuenta, en una vorágine que a veces ni tan siquiera yo lograba entender.
Madrid 28 Marzo de 2007
David Gamella
Mi Quehacer. Texto para una exposición. 2004

MI QUEHACER
Los antecedentes de mi vocación artística se remontan a los años de infancia, cuando los trabajos manuales me permitían habitar un mundo de ensoñación, alejado de la presión de las tareas escolares. La escayola, la madera, el cemento y todas las herramientas que mi abuelo tenía por el taller formaban parte de mis juegos, que a la postre fueron una perfecta enseñanza y el impulso necesarios para afrontar esta vocación.
Siempre he sentido curiosidad por aprehender el entorno que me rodea. Observar la naturaleza para poder mirar desde ella, estudiar al hombre para saber quien soy. La escultura me permite dar forma a todo ello, traduciendo lo que no puedo estructurar verbalmente. Codificar y decodificar el presente pluriforme, poner nombre, dar un rostro al tiempo que vivo me fascina. El objetivo es cómo unir esas cuestiones formales propias de la escultura con el mundo de las ideas al que quiero aludir y denunciar. A veces comparo el proceso con una prueba de ingenio (más allá de las cuestiones meramente técnicas) en la que he de buscar las pistas que me permitan dar cuerpo a unos conceptos en continua fluctuación, con unos materiales dotados de funciones y significados diferentes en pos de convertir la mayor complejidad en sencillez.
Por consiguiente el contenido central de mi obra es el ser humano cansado de si mismo, aparcado en un escenario desmesuradamente industrializado. Esta tarea implica un proceso de búsqueda y análisis continuos. Siempre hay que estar tomando decisiones, eliminando partes de la obra para que otras y así concretar un artefacto con autónomo, sencillo y lógico, capaz de conectar con el sentir universal al que aspira toda obra para ser arte. Me gustaría que las obras trasmitieran vida, que de donde se inspirar para poder existir por si solas fuera del taller.
El roce con el material, lo que suele decirse “meterse en faena” es básico en mi creación. Siempre me han atraído aquellos que sentimentalmente me son afines, básicamente los menos “nobles”, los reciclados (maderas de “palés”, restos de podas, recortes de tela, clavos viejos, chapas de deshecho, tuberías, y un sin fin de restos que convierten mi taller en el bazar “del todo un poco”). Con ellos mantengo “una prueba de doma”, al principio suelen rondar en el estudio durante un tiempo y hasta que no se hacen familiares no cuento con ellos.
En las obras de metal que les presento, forman parte de unas series que abordan la relación hombre-máquina. Tubos, conductos y depósitos me sirven para hablar del proceso de los sentimientos y las destilaciones mecánicas, como si en órganos humanos se produjesen. Siempre acorazados, ocultos, enmascarados.
Las esculturas realizadas con troncos, retratan el propio cuerpo, el tacto, la agresión. Volúmenes tribalmente maquillados.
Las cerámicas representan los lugares de protección, reductos de defensa almenados, en los que habitar.
Y finalmente las construcciones de madera son una reflexión en torno al dialogo, a la comunicación. Por regla general son dos partes enfrentadas en las que se exponen entre otros los polos de ausencia–presencia, silencio–grito.
Con estas proposiciones me creo y me destruyo y busco cada día llegar más lejos de donde hoy frené.
David Gamella
Los antecedentes de mi vocación artística se remontan a los años de infancia, cuando los trabajos manuales me permitían habitar un mundo de ensoñación, alejado de la presión de las tareas escolares. La escayola, la madera, el cemento y todas las herramientas que mi abuelo tenía por el taller formaban parte de mis juegos, que a la postre fueron una perfecta enseñanza y el impulso necesarios para afrontar esta vocación.
Siempre he sentido curiosidad por aprehender el entorno que me rodea. Observar la naturaleza para poder mirar desde ella, estudiar al hombre para saber quien soy. La escultura me permite dar forma a todo ello, traduciendo lo que no puedo estructurar verbalmente. Codificar y decodificar el presente pluriforme, poner nombre, dar un rostro al tiempo que vivo me fascina. El objetivo es cómo unir esas cuestiones formales propias de la escultura con el mundo de las ideas al que quiero aludir y denunciar. A veces comparo el proceso con una prueba de ingenio (más allá de las cuestiones meramente técnicas) en la que he de buscar las pistas que me permitan dar cuerpo a unos conceptos en continua fluctuación, con unos materiales dotados de funciones y significados diferentes en pos de convertir la mayor complejidad en sencillez.
Por consiguiente el contenido central de mi obra es el ser humano cansado de si mismo, aparcado en un escenario desmesuradamente industrializado. Esta tarea implica un proceso de búsqueda y análisis continuos. Siempre hay que estar tomando decisiones, eliminando partes de la obra para que otras y así concretar un artefacto con autónomo, sencillo y lógico, capaz de conectar con el sentir universal al que aspira toda obra para ser arte. Me gustaría que las obras trasmitieran vida, que de donde se inspirar para poder existir por si solas fuera del taller.
El roce con el material, lo que suele decirse “meterse en faena” es básico en mi creación. Siempre me han atraído aquellos que sentimentalmente me son afines, básicamente los menos “nobles”, los reciclados (maderas de “palés”, restos de podas, recortes de tela, clavos viejos, chapas de deshecho, tuberías, y un sin fin de restos que convierten mi taller en el bazar “del todo un poco”). Con ellos mantengo “una prueba de doma”, al principio suelen rondar en el estudio durante un tiempo y hasta que no se hacen familiares no cuento con ellos.
En las obras de metal que les presento, forman parte de unas series que abordan la relación hombre-máquina. Tubos, conductos y depósitos me sirven para hablar del proceso de los sentimientos y las destilaciones mecánicas, como si en órganos humanos se produjesen. Siempre acorazados, ocultos, enmascarados.
Las esculturas realizadas con troncos, retratan el propio cuerpo, el tacto, la agresión. Volúmenes tribalmente maquillados.
Las cerámicas representan los lugares de protección, reductos de defensa almenados, en los que habitar.
Y finalmente las construcciones de madera son una reflexión en torno al dialogo, a la comunicación. Por regla general son dos partes enfrentadas en las que se exponen entre otros los polos de ausencia–presencia, silencio–grito.
Con estas proposiciones me creo y me destruyo y busco cada día llegar más lejos de donde hoy frené.
David Gamella
miércoles, 21 de marzo de 2007
TEXTO PARA LA EXPOSICIÓN en JOVENART Mayo ‘ 05

PARTIDA
Todo empezó con los mantos nevados de Enero, cuando la quietud del paisaje invitaba a mirar hacia dentro. Desde entonces, he estado conjugando, no con la dedicación que hubiera deseado, reflexión y lectura, dibujo y horas de taller con una irrefrenable necesidad creadora, incontenible ilusión de lo sensual, que ha dado como resultado esta muestra. El conjunto escultórico es consecuencia de la dedicación de los últimos años, en los que lentamente se han gestado los matices de mi lenguaje.
Queda atrás el rescoldo aun caliente de la energía y el entusiasmo transformados en ese torrente que es el tiempo creativo: una vorágine de materiales dedicados a encauzar las voces inspiradoras del mundo; el ensamble de lo acontecido; la carrera constante para apurar los minutos libres que los escolares permitían; y el celo puesto para que lo planeado cumpliera los sueños esperados.
Con todo, una cincuentena de obras ha llegado a término, quedando por el taller, desolado escenario final de un vehemente ajetreo, abiertos otros muchos caminos que aun podrán ser seguidos. Personajes a medio ubicar, cajas huérfanas, pensamientos a medio parir. Con pena he debido cesar el trabajo, pero con energía seguro volveré a poner las manos y el alma encima.
ARREBATO
El origen de esta serie de piezas se encuentra en las pistas que la propia vida me ofrece. La experiencia vital, los encuentros personales, las inquietudes mentales, resumen las sensaciones del ser humano que albergo. He pretendido condensar todo mi ideario en una falla del tiempo contemporáneo que vivimos. Pues lejos de ser ficticia, se encuadra en la parte más cruda (cruel) y banal de lo real, donde el hombre, que argumentaba Hegel, deambula como esclavo, no sabiéndose a si mismo como tal.
Me arrebata el individuo que olvida sus orígenes, absorto den experiencias globales servidas a través de las embrujadoras, resplandecientes y musicalizadas cajas de cristal. Ese voraz que deglute sin freno e incluso en crudo lo que al otro lado del vidrio sucede, con absoluto fervor, sea cual sea su condimentación. Debe ser que la vida le ha evolucionado hacia categorías donde lo privado ya es público y la piel ha sido eliminada, negando con ello toda imaginación y apartando la ilusión al desván de los despojos. Es ese Ser, medio humano y analógico el que debe adaptarse a las pautas de la obscena digitalidad y que tristemente se percibe ya como normalidad.
BLANCOS HOMBRES BLANCOS
He convocado bajo este tratamiento a un dispar conjunto de personalidades grotescas, la cara B del progreso. ¿Buferos, ponderos, fangantes, metiqueros, detrolos televisivos? Personajes-parodia de un drama que más bien es comedia, fauna de un espacio concreto y comprimido, en el que lo vital se vuelve en entredicho. En definitiva son títeres, presos de un si mismo perdurable, cuya existencia precisa una previa codificación, espejo de todas las carencias urbano-humanas que denotamos. Son dependientes eléctricos, seres-teclado, mecanismos de tecnología inerte.
Con este enfoque reflejo escultóricamente el presente pelele en el que nacen mis representados, donde hemos permitido que la técnica sea modeladora de la naturaleza y de la condición humana, tras el óbito de lo Divino y la Razón. Así, los BLANCOS HOMBRES BALNCOS, como nuevos cuerpos de Occidente, aparecen simplificados, adaptándose a la merma de intercomunicación y actividad física que advierten. La ausencia de brazos y piernas configura lo que podríamos llamar marioneta inalámbrica, criatura anónima puesta a merced de los “ Servicios Técnicos” de ocupación total. Se les permite existir sujetos al hilo eléctrico de una placa, de un implante, atrapados entre abalorios y sustentos materiales ya irrenunciables, en aras del progreso, como un cebo de pesca a merced de la apetencia de los peces o de la suerte de la corriente (habitamos sujetos a la máquina hasta que nos cesan). Todo ello para el periodo de inanición que conforma el entorno habitacional de estos desmembrados, obligados a seguir existiendo a pesar de la mutación sufrida.
DEL COLOR Y DEL PROCEDIMIENTO
El uso del color responde a dos ideas. Por una parte para hermanar el origen de lo ensamblado y por otra para maquillar el mundo representado, como propiamente se manifiesta, pantomima de si mismo.
La amalgama de formas, en momentos caótica y consecuencia de la saturada información, se ve domesticada gracias al traje que la cubre. Los tonos aclarados cercanos al blanco implican lentitud, contención, quizá lo que la actualidad no nos tolera, para llegar a contemplarla desde la calma. Pretendo de este modo simplificar la realidad representada, fruto de la banalidad reinante.
Nada mejor para narrar lo banal que servirme del humor que las sobras del mundo permiten. Reconstruyo a partir de procedimientos de rescate de deshechos, de cenizas que la propia sociedad anula y quiere borrar por otros nuevos. Abundo en la cultura del reciclaje que es el traje de la mutación. Así establezco un juego de nuevos significados desde la forma, hasta la denominación con las que quedan bautizados.
¿REDUCIDOS A CERÁMICA?
El único elemento clásico que he querido manejar ha sido el barro. Sin duda una de las primeras materias usadas por el ser humano. Con él se hicieron las vasijas y primeros útiles, los dioses y el primer hombre; somos cultural y espiritualmente de tierra y a ella sin duda volvemos. Considero la cerámica como el perfecto conservante de la memoria de lo primigenio. Así mis cerámicos pelones condensan en la cabeza la esencia de lo que fueron. Transcurrida tanta historia, sus rostros denotan este viaje y por ello están curados, ajados, surcados por los signos de lo añejo, pero albergando sin duda esperanzas de reconversión anímica (una sola célula, ya regenera todo un cuerpo).
AGRADECERES
Después de un periplo de exposiciones por Suiza, Begoña y Tomás me han ofrecido la gran oportunidad de mostrar el trabajo de los últimos cinco meses. Es la primera experiencia expositiva con escultura que la Galería JOVENART realiza y por ello agradezco su apuesta.
Y también quiero, entrado en el capítulo de débitos, agradecer encarecidamente a todos los que rodean mi trabajo e ilusiones, sus aportaciones (me hacen mejor persona y espero que algún día mejor escultor).
De la larga lista no por menos puedo dejar de nombrar a mi familia, que lo soporta todo; a la Raquelada; a María; a Goyo, mis Ases; a la Muti, Ester y Ana, siempre presentes; a mis “marchantes” Suizos, Frieda, Hans y Manolo; a los amigos de siempre y a los nuevos, Montse y Juan, Manolillo, María y Juan, Ilko, Carmen, Toshiko, Merceditas, Fran, Alfonso y Marga, Ivana y Micht, Guillermo y Macarena, Berta, Ana e Ismael; a mis maestros, Luis Jaime, Mª Jesus, Begoña, Alicia y Cora; a Niebla, el perro más lindo del mundo; a mis Musicoterapeutas, llenos de ritmos vitales; a la gente del Tres Olivos, con los que peleo los días; a los amigos de la Facu, que los vivo por distancia en el recuerdo; a Laura, que me ayuda a crecer por dentro y a Santiago y Celi que me cuidan por fuera; a los del tiempo de Maristas que los valores me dieron; a Antonio, mi ferretero y a Marina, ceramista; a mi familia Siciliana, que me salvaron Milán; a los Brun que nos llevaron a Stampa, y en su nombre a todos los que tanta devoción prestan a mi trabajo en la querida Suiza; y acabando, a todos los que mientras pauto estas líneas se me han escurrido entre los dedos y a los de cualquier modo han contribuido a llevar acabo esta exposición especialmente a mi añorado yayo Marino, alma y motor primeros.
David Gamella
Todo empezó con los mantos nevados de Enero, cuando la quietud del paisaje invitaba a mirar hacia dentro. Desde entonces, he estado conjugando, no con la dedicación que hubiera deseado, reflexión y lectura, dibujo y horas de taller con una irrefrenable necesidad creadora, incontenible ilusión de lo sensual, que ha dado como resultado esta muestra. El conjunto escultórico es consecuencia de la dedicación de los últimos años, en los que lentamente se han gestado los matices de mi lenguaje.
Queda atrás el rescoldo aun caliente de la energía y el entusiasmo transformados en ese torrente que es el tiempo creativo: una vorágine de materiales dedicados a encauzar las voces inspiradoras del mundo; el ensamble de lo acontecido; la carrera constante para apurar los minutos libres que los escolares permitían; y el celo puesto para que lo planeado cumpliera los sueños esperados.
Con todo, una cincuentena de obras ha llegado a término, quedando por el taller, desolado escenario final de un vehemente ajetreo, abiertos otros muchos caminos que aun podrán ser seguidos. Personajes a medio ubicar, cajas huérfanas, pensamientos a medio parir. Con pena he debido cesar el trabajo, pero con energía seguro volveré a poner las manos y el alma encima.
ARREBATO
El origen de esta serie de piezas se encuentra en las pistas que la propia vida me ofrece. La experiencia vital, los encuentros personales, las inquietudes mentales, resumen las sensaciones del ser humano que albergo. He pretendido condensar todo mi ideario en una falla del tiempo contemporáneo que vivimos. Pues lejos de ser ficticia, se encuadra en la parte más cruda (cruel) y banal de lo real, donde el hombre, que argumentaba Hegel, deambula como esclavo, no sabiéndose a si mismo como tal.
Me arrebata el individuo que olvida sus orígenes, absorto den experiencias globales servidas a través de las embrujadoras, resplandecientes y musicalizadas cajas de cristal. Ese voraz que deglute sin freno e incluso en crudo lo que al otro lado del vidrio sucede, con absoluto fervor, sea cual sea su condimentación. Debe ser que la vida le ha evolucionado hacia categorías donde lo privado ya es público y la piel ha sido eliminada, negando con ello toda imaginación y apartando la ilusión al desván de los despojos. Es ese Ser, medio humano y analógico el que debe adaptarse a las pautas de la obscena digitalidad y que tristemente se percibe ya como normalidad.
BLANCOS HOMBRES BLANCOS
He convocado bajo este tratamiento a un dispar conjunto de personalidades grotescas, la cara B del progreso. ¿Buferos, ponderos, fangantes, metiqueros, detrolos televisivos? Personajes-parodia de un drama que más bien es comedia, fauna de un espacio concreto y comprimido, en el que lo vital se vuelve en entredicho. En definitiva son títeres, presos de un si mismo perdurable, cuya existencia precisa una previa codificación, espejo de todas las carencias urbano-humanas que denotamos. Son dependientes eléctricos, seres-teclado, mecanismos de tecnología inerte.
Con este enfoque reflejo escultóricamente el presente pelele en el que nacen mis representados, donde hemos permitido que la técnica sea modeladora de la naturaleza y de la condición humana, tras el óbito de lo Divino y la Razón. Así, los BLANCOS HOMBRES BALNCOS, como nuevos cuerpos de Occidente, aparecen simplificados, adaptándose a la merma de intercomunicación y actividad física que advierten. La ausencia de brazos y piernas configura lo que podríamos llamar marioneta inalámbrica, criatura anónima puesta a merced de los “ Servicios Técnicos” de ocupación total. Se les permite existir sujetos al hilo eléctrico de una placa, de un implante, atrapados entre abalorios y sustentos materiales ya irrenunciables, en aras del progreso, como un cebo de pesca a merced de la apetencia de los peces o de la suerte de la corriente (habitamos sujetos a la máquina hasta que nos cesan). Todo ello para el periodo de inanición que conforma el entorno habitacional de estos desmembrados, obligados a seguir existiendo a pesar de la mutación sufrida.
DEL COLOR Y DEL PROCEDIMIENTO
El uso del color responde a dos ideas. Por una parte para hermanar el origen de lo ensamblado y por otra para maquillar el mundo representado, como propiamente se manifiesta, pantomima de si mismo.
La amalgama de formas, en momentos caótica y consecuencia de la saturada información, se ve domesticada gracias al traje que la cubre. Los tonos aclarados cercanos al blanco implican lentitud, contención, quizá lo que la actualidad no nos tolera, para llegar a contemplarla desde la calma. Pretendo de este modo simplificar la realidad representada, fruto de la banalidad reinante.
Nada mejor para narrar lo banal que servirme del humor que las sobras del mundo permiten. Reconstruyo a partir de procedimientos de rescate de deshechos, de cenizas que la propia sociedad anula y quiere borrar por otros nuevos. Abundo en la cultura del reciclaje que es el traje de la mutación. Así establezco un juego de nuevos significados desde la forma, hasta la denominación con las que quedan bautizados.
¿REDUCIDOS A CERÁMICA?
El único elemento clásico que he querido manejar ha sido el barro. Sin duda una de las primeras materias usadas por el ser humano. Con él se hicieron las vasijas y primeros útiles, los dioses y el primer hombre; somos cultural y espiritualmente de tierra y a ella sin duda volvemos. Considero la cerámica como el perfecto conservante de la memoria de lo primigenio. Así mis cerámicos pelones condensan en la cabeza la esencia de lo que fueron. Transcurrida tanta historia, sus rostros denotan este viaje y por ello están curados, ajados, surcados por los signos de lo añejo, pero albergando sin duda esperanzas de reconversión anímica (una sola célula, ya regenera todo un cuerpo).
AGRADECERES
Después de un periplo de exposiciones por Suiza, Begoña y Tomás me han ofrecido la gran oportunidad de mostrar el trabajo de los últimos cinco meses. Es la primera experiencia expositiva con escultura que la Galería JOVENART realiza y por ello agradezco su apuesta.
Y también quiero, entrado en el capítulo de débitos, agradecer encarecidamente a todos los que rodean mi trabajo e ilusiones, sus aportaciones (me hacen mejor persona y espero que algún día mejor escultor).
De la larga lista no por menos puedo dejar de nombrar a mi familia, que lo soporta todo; a la Raquelada; a María; a Goyo, mis Ases; a la Muti, Ester y Ana, siempre presentes; a mis “marchantes” Suizos, Frieda, Hans y Manolo; a los amigos de siempre y a los nuevos, Montse y Juan, Manolillo, María y Juan, Ilko, Carmen, Toshiko, Merceditas, Fran, Alfonso y Marga, Ivana y Micht, Guillermo y Macarena, Berta, Ana e Ismael; a mis maestros, Luis Jaime, Mª Jesus, Begoña, Alicia y Cora; a Niebla, el perro más lindo del mundo; a mis Musicoterapeutas, llenos de ritmos vitales; a la gente del Tres Olivos, con los que peleo los días; a los amigos de la Facu, que los vivo por distancia en el recuerdo; a Laura, que me ayuda a crecer por dentro y a Santiago y Celi que me cuidan por fuera; a los del tiempo de Maristas que los valores me dieron; a Antonio, mi ferretero y a Marina, ceramista; a mi familia Siciliana, que me salvaron Milán; a los Brun que nos llevaron a Stampa, y en su nombre a todos los que tanta devoción prestan a mi trabajo en la querida Suiza; y acabando, a todos los que mientras pauto estas líneas se me han escurrido entre los dedos y a los de cualquier modo han contribuido a llevar acabo esta exposición especialmente a mi añorado yayo Marino, alma y motor primeros.
David Gamella
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