Menospreciar sus necesidades y apropiarnos de sus riquezas, el fruto de la prepotencia colonialista que nos inculcaron.
Jaleamos la extracción de todas sus materias primas (petroleo, coltán, diamantes, gas, cobalto o bauxita) que tan bien nos vienen para seguir atornillados al lujo insostenible de vida de este desnortado norte rico que habitamos. Pero no queremos que nos salpiquen nuestros zapatos de charol la realidad de sus carencias, sus hambrunas perennes y su "calidad" de vida. Cuando se agolpan la súplica de sus miradas y la desesperanza de sus cuerpos, las ponemos en la cola de la burrocracia hasta que se aburran esperando el sello legal que determine que pueden ocupar diez segundos en los telediarios. Así hasta la próxima temporada de pena comunitaria, hasta la siguiente campaña de mercadeo mediático.
Ahora es el Cuerno de África, el cuerno que de abundante tiene sólo la miseria.
Mientras, en nuestras televisiones no cesa el hiriente baile de cientos de millones Euros que rescatan de su insultante derroche a especuladores y ladrones de cualquier pelaje.
¡Puff!
¡Vaya mierda de sociedad, vaya sociedad de mierda!
DG
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