Ya empiezan a verse las primeras caricias de hacha en el bosque educativo madrileño a pesar de no ser adecuado realizar podas en verano. Los directores de los institutos públicos están intentando convocar a sus claustros de manera extraordinaria para informar de las arremetidas de la Consejería de Educación de Madrid (menudo eufemismo) para el próximo curso. La institución, a instancia de la Sra. Aguirre, aprovecha la ausencia del personal docente para perpetrar sus nuevas ocurrencias contra la educación pública que nada les interesa. Lo más sonado es la reducción de personal, que en casos como el ÍES La Paloma, elimina a 40 profesores, lo que provocó el infarto del director del centro, D. Ángel Ledesma, que finalmente acabó en muerte. En los medios de comunicación silencio absoluto y cómplice, ya que están deseosos de vacaciones y estas cosas les importan más bien nada. ¿Se suman a la falacia popular de que el profesorado es un grupo de privilegiados como los controladores aéreos?
La reducción docente evitará la contratación de interinos, dificultará el discurrir de las clases debido al incremento de alumnos por aula, hará que el profesorado tenga que compartir centro y los que no lo hagan estarán por encima del tope de horas lectivas. Como la ley dificulta ciertas medidas, en breve la van a reestructurar para evitarse denuncias; tristemente sigue siendo la conveniencia del más fuerte. Además dejan de ser lectivas las horas de tutoría y las de jefatura de departamento, sin desestimar que para el año que viene el curso acabará para ellos a finales de Julio.
¿Por qué cambios de este tipo si lo que van a traer aparejado será el malestar en los centros y la precarización de la educación? Es fácil pensar que hay un plan encubierto para hundir el sector público, demostrar que no es capaz de andar sin ruedas y entregar así el invento a las empresas privadas deseosas de sacar pingües beneficios de ese parking obligatorio al que todos los padres llevan a sus hijos. La clientela está asegurada. Este es el caso de intervención que sufrirán las asignaturas que se examinan en las pruebas de nivel. Como los resultados son los que son y las oportunidades de formación de profesorado inexistentes, ya cuentan con el justificante preciso parar entregar la gestión estructural de estas materias a Fundaciones privadas. El butrón está hecho.
Seguro que todo estas fuerzas no se paran aquí. Seguiremos atentos.
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