No está nada mal para tratarse de una visita de carácter privado. ¿Cuántas familias podrían retrasar por ejemplo sus desahucios con estos "25 kilitos de nada"? ¿Cuántos interinos de la educación podrían cobrar lo que ya no van a recibir en los meses de verano? ¿Cuántos hospitales podrían pagar sus cuotas de lavandería para mantener mejor la higiene en las camas?... cabrían muchas preguntas ante una desproporción más de los poderes fácticos, con la salvedad de que ahora es en nombre de la religión católica. En este caso el pobre Vaticano pide limosna y asilo (por cierto, donde pone "colegios" deberíamos leer "institutos públicos", debe ser que no hay suficientes colegios religiosos y concertados religiosos en Madrid para tanta gente visitante, eso o que de generosidad cristiana sólo los papeles).
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