martes, 30 de agosto de 2011

Aprendiz de BRUJO

Cuando el Sr. Zapatero llegó al poder empezó a jugar con cosas serias como el ignorante pupilo de la gestión pública que acaba siendo. Una de sus primeras ocurrencias fue deshacerse de las reservas de oro, porque "¿pa'qué queremos eso?" Ahora resulta haberse revalorizado por encima del 200%. En esta línea, las sucesivas ocurrencias no han cesado y mejor no hacer de ellas reseña porque darían muestra ostentosa de su carácter caprichoso, errático y arbitrario, tal y como sucede con su última gracieta.
Después de años de enfrentamiento, de insultos, desagravios, ruindades y zancadillas servidas por sus oponentes políticos de la gaviota, ahora, ebrios de olvido, se abrazan como antiguos amigos para dar un estacazo acomodaticio, sonrisa en mano, a la Constitución.
El pueblo, en quien reside supuestamente la soberanía, ni pincha, ni corta, ni importa. La medida supondrá una serie de recortes futuros que ahora se enmascaran y camuflan, actos propios de cobardes, que tendrán consecuencias serias sobre las inversiones públicas, sobre las condiciones, ya apuradas, de vida.
Se entendía que la Carta Magna era algo serio, un texto delicado que nos agrupa y que sus reformas requieren mimo, cautela y consenso. Por ello aun no se ha rectificado, ni se ha dejado la tijera a los nacionalistas independentistas, que con tanta ansia babean a sus puertas. Pero sólo se entiende, ya que ahora, al amparo de los amigos neoliberales que nos gobiernan desde lo alto de la colina, en cuatro días se van a reescribir unos renglones torcidos que impedían ciertas intervenciones externas sobre la plebe, esa ignorada masa sucia que importuna, ocupa las calles, las plazas y apesta la alfombra roja de la política feudal de estos días.
Venga, perdamos cuidado, en tan sólo un mes volverán a estar comiendo en nuestras manos y seremos los más guapos, deseables y necesarios del mundo: Se acercan elecciones.
DG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu tiempo!