miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cambio a gran angular


Revisando el estado de mi red he visto un nuevo pez que quizá pueda darnos buenas vitaminas a la vista y a la comprensión para entender los giros mercantilistas que está mostrando los gestores de la educación pública. Os dejo un fragmento. Quien quiera más: http://es.wikipedia.org/wiki/Gobernanza_mundial y también http://antimperialista.blogia.com/2011/081101-las-crisis-y-el-uso-del-miedo-como-mecanismos-de-dominacion..php
Dice así:
La ausencia de una voluntad firme para construir una gobernanza mundial cuyo objetivo sea la satisfacción de las necesidades de la población y la justicia social, ha dejado el campo abierto desde mediados de los años 1990 a otra agenda, la de la OMC para la liberalización de los bienes y servicios públicos relacionados con la cultura, la ciencia, la educación, la salud, la materia viva, la información y la comunicación. La realización de esta agenda fue en parte impedida gracias a la acción del movimiento altermundialista desde los acontecimientos relacionados con el encuentro de Seattle en 1999, y a un nivel totalmente diferente y probablemente más decisivo a medio y largo plazo, por el rápido crecimiento de las de las prácticas colaborativas en Internet. Sin embargo, sin un amplio apoyo político o ciudadano y sin medios suficientes, la sociedad civil no ha sido capaz de momento de desarrollar y divulgar planes alterntivos integrales para el conjunto de la sociedad a escala mundial, aunque existan muchas propuestas y experiencias, más o menos exitosas, para construir un mundo más justo, responsable y solidario, en todos los ámbitos.
Los bienes y servicios públicos concernidos pertenecen a la categoría de los que se multiplican cuando se comparten: el conocimiento, la inteligencia, la experiencia. Por lo tanto, estos bienes deben organizarse según una lógica de mutualización (distribución libre y gratuita) y no según una lógica mercantil que intenta limitar su desarrollo en beneficio exclusivo de los más ricos y poderosos siguiendo, en consecuencia, una lógica autodestructiva.
Respecto a la ciencia, "la investigación se rinde cada vez más a las exigencias de los mercados financieros: mercantilización del saber y el conocimiento, flexibilidad y la precariedad del personal investigador, contratos de objetivos y rentabilidad al servicio de intereses privados, sumisión a la competitividad y a la concurrencia. Las orientaciones y los cambios ocasionados en el ámbito de la investigación en las dos últimas décadas la alejan radicalmente de sus funciones iniciales (producción de saber y conocimiento, preservación de un contexto independiente), sin por ello cuestionar sus objetivos actuales y futuros. La humanidad afronta crisis y problemas a causa o a pesar de este progreso: la pobreza y el hambre continúan sin ser combatidas, la proliferación de armas nucleares no se detiene, las catástrofes medioambientales se multiplican, la injusticia social aumenta, etc.
La mercantilización neoliberal favorece los intereses de los laboratorios farmacéuticos en lugar de los de los enfermos, los de las empresas agroalimentarias en lugar de los de agricultores y consumidores. Las políticas públicas de investigación han servido solamente para acompañar ese proceso de "recuperación" económica en la que los resultados de la investigación son juzgados cada vez más en función de los mercados financieros. El sistema de patentado sistemático del conocimiento y de la materia viva se impone así en todo el planeta mediante los acuerdos de la OMC de 1994 sobre la propiedad intelectual. Hoy en día, en muchos ámbitos, son las empresas privadas las que orientan la investigación."34
A escala mundial, "las instituciones de carácter sectorial corren el riesgo también, a cualquier nivel, de justificar su acción según el consejo de cuerpos técnicos que se dotan de referencias propias y razonamientos autoinclusivos. Esta lógica pude ser observada tanto en la "comunidad de patentes" que promueve el patentado de la materia viva, como en las instancias que controlan la energía nuclear. Este enfoque sectorial es aún más peligroso por el hecho de que las comunidades de expertos en todos los ámbitos técnicos y jurídicos complejos, están cada vez más dominadas por grandes grupos económicos que financian la investigación y el desarrollo.”15
En contrapartida, existen varias experiencias innovadoras en el campo de la ciencia, como las cláusulas de conciencia,35 las conferencias de consenso, como herramienta de la democratización del sistema de producción; las "Science shops"; y la "Investigación de base comunitaria". Además, los científicos comprometidos se organizan cada vez más a escala mundial36
La mercantilización penetra también en el ámbito de la educación mediante restricciones presupuestarias graves que afectan a la calidad de la enseñanza como servicio público. El dossier de la revista Global Future Online nos recuerda que "a medio camino del objetivo de 2015 (n. a. en el contexto de los objetivos del milenio), el abismo sigue siendo enorme: 80 millones de niños (de los cuales 44 millones de niñas) no van a la escuela, y la exclusión de los grupos marginados es cada vez mayor (26 millones de discapacitados y 30 millones de niños afectados por diversos conflictos). Aunque el acceso universal a la educación es fundamental, debe ir además acompañado de una mejora en los resultados del aprendizaje, especialmente en la alfabetización y las competencias básicas esenciales para la reducción de la pobreza".37
Más allá del proceso de universalización del sistema educativo actual, otro tema abierto es el de su mejora y adaptación a la rapidez de los cambios en un mundo complejo e imprevisible. Para ello, Edgar Morin afirma que hace falta "repensar la organización del conocimiento (...) romper las fronteras tradicionales entre las disciplinas y concebir la forma de unir de nuevo lo que actualmente está separado". El informe preparado por Morin para la UNESCO contiene "siete principios para la educación del futuro" entre los cuales la lucha contra el erro y la ilusión que parasitan el comportamiento y el espíritu humano; los principios de un conocimiento pertinente, es decir de una forma de pensar que sirva para distinguir y para enlazar; la enseñanza de la condición humana; la enseñanza de la identidad planetaria; la conciencia de las incertidumbres humanas y científicas y el aprendizaje de estrategias para afrontarlas; la enseñanza de la comprensión de sí mismo y de los demás; y la ética del género humano.
Por último, el crecimiento exponencial de nuevas tecnologías y especialmente de Internet, ha sido acompañado durante la última década por el desarrollo de una auténtica comunidad mundial de producción e intercambio de bienes que está cambiando para siempre el paisaje de las industrias de la cultura, la edición, la música y los medios de comunicación, entre otros, y que influyen en el comportamiento social de un número cada vez mayor de personas, así como en las pautas de organización de las instituciones , las empresas y la sociedad civil. Más allá de las comunidades peer-to-peer y de los proyectos de elaboración colectiva del conocimiento, tales como Wikipedia, que implican a millones de usuarios en todo el mundo, hay aspectos aún más innovadores, tales como los tipos de propiedad alternativos a la propiedad privada como los Creative Commons, así como la práctica de la ciberdemocracia y la posibilidad real de desarrollarla a escala sectorial, regional y mundial.

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