lunes, 19 de septiembre de 2011

Fin de la Educación gratuita

No hay tiempo para recurrir a las mofas fáciles que merece el dúo más manipulador, amoral y chusquero de la política madrileña, así que voy a ahorrarme tecleo y bilis. 

Centrando el tema y por si alguno aun no lo sabe, la consejera de educación y su jefa malota (¿estarán haciendo méritos para lograrse un cameo en Torrente 5?) van calle abajo subidas en una apisonadora, cual piloto suicida, directas a planchar todos los rincones de la educación pública en la Comunidad de Madrid, al grito de ¡muerte a las arrugas!
Van de sobradas en la batalla informativa y por ello bombardean a la población civil con bulos de destrucción masiva que pretenden camuflar unos recortes sin precedentes. La metralla de odio que emplean hacia quienes señalan como vagos privilegiados y maleantes, se clava certeramente en las entendederas de quienes  no saben de que va este tema; y como aquí todos opinamos de todo... 

Quizá no lo ESPEraban, quizá sí, pero su notoria prepotencia ha caldeado los ánimos de un sector (profesores, familias y alumnos) que habitualmente ha mostrado un perfil pasivo bajo para movilizarse y defender lo suyo (lo de todos) como colectivo. Esta vez las tornas han cambiado.

A pesar de saber en su PPartido cómo se hacen las guerras, la torpeza injuriosa en la gestión de las aludidas doñas ha quedado de manifiesto. Día sí y día también  pillan cacho en los micrófonos diciendo barbaridades como que a partir de los 16 años hay que cuestionarse pagar la formación. Tal desparpajo sólo se explica, siendo buenos, porque ya se ven ganadoras (antes incluso de jugar la partida electoral), lo que les lleva a no medir palabras, gestos e intenciones. Fuera como fuere, la normalidad educativa pública, si no lo estaba ya, se resiente y pasa por sus peores momentos, podríamos decir, de la democracia.

Es triste comprobar cómo la educación en este país sólo se hace presente por sus deméritos, sus extravíos y torpezas. Realmente su buen funcionamiento, no ha interesado a nadie de los que la han gestionado y regularizado, es decir a los políticos, sea cual sea su adscripción. ¿Imaginan porqué no les dejan controlar una cadena de ensamblaje aeronáutica, un laboratorio genetista, una sala de control del tráfico urbano? El desastre estaría garantizado. Entonces ¿Por qué el sistema educativo está en manos de estos omnipresentes personajes de ineficacia probada? Las respuestas son de concurso televisivo: La sociedad sin formación es de fácil manipulación y dado que son legitimados por el pueblo al que necesitan...  

No podemos tirar cohetes por nuestro sistema público. Cierto es que tiene sus carencias endémicas, sus rotos y descosidos, pero en su favor hay que decir que está abierto a todos, que es inclusivo y plural. No te mira la cartera, las creencias  ni la marca del reloj. Quienes lo manufacturan son valiosos docentes ya que con pocos recursos son capaces de formar a un alto porcentaje de jóvenes de cualquier origen y condición social, para optar a las mismas oportunidades que aquellos que nadan en la abundancia de medios. Al menos hasta ahora ha sido así. Y sí, faltan muchas cosas y sobre todo no se denuncian. Transigimos con la falta de formación actualizada del profesorado (es uno de los recortes), con la no introducción de nuevas técnicas docentes como la pedagogía aplicada al pensamiento creativo, la didáctica centrada en la gestión emocional o el fomento de la reflexión (frente a la gran nube de datos y datos llevados a examen), los conceptos de redes o dejamos que se destruyan materias que enseñan y ayudan a sentir y pensar (plástica, música, filosofía, etc.) ¿Será que fomentan actitudes libertarias, peligrosas e incontrolables en la gente? Estos nuevos caminos atraerían el interés y la atención de muchos de los estudiantes que ahora sienten repugnancia por el esfuerzo educativo. Verían potenciadas y respetadas sus afinidades y querencias intelectuales, abrirían sus puertas a la utilidad. Pero ¿qué podemos esperar de este tiempo de barbarie que vivimos? ¿A que Telecinco no se apaga?

Los profesores estamos habituados a tratar con alumnos hastiados (esto no es trabajar como dicen por ahí) que cumplen recelosamente su condena educativa malgastando ilusiones, recursos y tiempo. Ven claramente cómo se pierden sus preciadas energías con materias muertas embutidas con un rasero igualado, como ya se hacía en el siglo XIX. La institución educativa vela para que no nos desquitemos esa rutina normalizadora y ramplona. A esto hay que llamarle fraude en toda regla del que somos cómplices. ¿No habrían de empezar por ahí las reformas? 

Ya lo sabemos, no interesa, por eso no se debate, no se cuestiona, no se frena. De todas maneras ¿Quienes han permitido la degradación del medioambiente educativo, la pérdida de respeto hacia la figura indispensable del docente, la deriva errática de los planes de estudio, de las exigencias y el esfuerzo? ¿No será que es de interés político que las cosas degeneren hasta lo que hoy conocemos? No puedo por menos que reiterar que una sociedad deseducada es una masa controlable capaz de creer cualquier discurso (sólo hay que echar un ojo por Intereconomía y ver a quien dirigen sus triquiñuelas). 

Pero claro esta mediocridad formativa no acontece por igual. Las trasquiladoras de lo público saben de sobra que la educación es importante, que es una inversión. Por ello no dejan de conceder facilidades y dineritos, incluso públicos (como ya hizo Berlusconi), para que la clase favorecida (por el bolsillo) a la que ellas mismas pertenecen, esa que no conoce ni crisis ni penurias, no deje de serlo. Hay sonados reductos donde los cachorros más lustrosos son amamantados aparte. Allí se les forma concienzudamente en excelsas instalaciones para la competitividad, haciendo masters del universo con los que engordarles el curriculum para los puestos directivos, los consejos de administración, los clubs vips de golf, etc. que ocuparán en el futuro. Mantener la casta es una profesión de por vida que precisa cuidados y claras distancias con toda la fauna bajuna de la sociedad que pueda perturbar la pureza de las camadas. 

Por suerte, estos planes segregacionistas que amodorran a la gran mayoría y lustran a los más PPepones, a veces fallan. En el centro del que salen todos los kilómetros, un gesto social ha cambiado la risa tontuna de nuestros gobernantes. La fuerza resistente de las gentes del 15M era imprevisible a todas luces según la educación bovina inoculada durante años. Por ello nuestros políticos no han sabido por dónde cortarla. Ni en sus peores pesadillas podían imaginar un grado tal de conciencia colectiva, de unidad, conocimiento y fuerza indignada como el que las calles han presenciado. ¿No será esta una de las razones que aceleran los nuevos “ajustes educativos”?

Es momento de mirar más allá de los titulares descabellados que hierven la sangre, de las manifestaciones, huelgas y proclamas. El plan de “DEMOLICIONES AGUIRRE SL” parece simple a la par que imparable: Educación de primera y de segunda. Como sucede en otros ámbitos y gracias a esta crisis diseñada (como todo lo que se nos vende) se trata de plantear una degradación sostenida que asfixie el servicio educativo público, negocio desaprovechado donde los haya que hay que reconvertir. 

Como ya se sabe, conocen la máxima “divide y vencerás”, lo que les lleva a recortar un año por la primaria, otro por secundaria, etc. Así las réplicas son menores. Una vez se atisbe un colapso inmediato vendrá el justificado rescate de los gestores privados (esos sí que saben, sobre todo de sus intereses y ganancias) que, puro en mano, marcarán como principal objetivo la rentabilidad y la productividad (y no precisamente intelectuales). Algunos claramente ya están a las puertas (Patricia Botín, Florentino Pérez, etc.) gestionando guarderías e introduciendo profesorado (de incomprobable cualificación) a impartir clases de refuerzo en Lengua y Matemáticas (y que se preparen los filólogos ingleses porque sus plazas serán usurpadas por profesores nativos y también los directores de los centros, que se verán relegados en sus funciones por administradores de profesión). Todo está ya trazado a falta de legislarlo, para que nadie luego pueda quejarse (ya decía Platón que la ley es la conveniencia del más fuerte). Su lógica obedece a la ola de cambios diseñados para las economías occidentales, en las que los favores de la sociedad del bienestar van a desaparecer.

Estipuladas las tarifas se normalizará la consecución de acciones apropiadas que hagan rentable el negocio de hacer individuos monocordes. La criba se establecerá de forma natural: las oportunidades educativas para quien pueda pagarlas al precio decidido por los de administración. Los de marketing nos pondrán lustrosos spots (tipo coche) para vender una educación de lujo a unos padres deseosos de que sus niños sean de provecho. Para la masa sucia cualquier sucedáneo pedagógico bastará para que aprendan a obedecer, consumir y servir a quienes están por encima (modelos educativos a imitar no faltan: Usa, Chile, México, Inglaterra...). 

Este tipo de formación de corte clasista tendrá como principal objetivo separar, crear barreras, establecer más distancias, privilegios y desigualdades entre los diferentes seres humanos, cuya valor estará en función de la calidad de las cosas que puede costearse. Vamos, lo que este mundo del siglo XXI necesita. ¿No lo están logrando ya los especuladores bursátiles y sus sicarios económicos? ¿Cuántas familias han entrado ya en el umbral de la pobreza? ¿Cuáles son los datos de coches de lujo y joyas vendidos en 2011? Éramos demasiada clase media maloliente disfrutando de los mismos placeres que las clases con adn de Szwaroski, y eso era intolerable.

Hoy se en que bando debo y quiero estar y no por menos puedo dejar de compadecer a esos niños que van a ser adoctrinados en el olor del dinero, en las miradas interesadas, altivas y prepotentes, aleccionados en mantener intocable un sistema feudal de castas del nuevo orden mundial. En su día alabarán a su Santa precursora local, la que hoy día está lanzada en plena cruzada contra los infieles que quieren igualdad, respeto y dignidad educativos, como si alguna vez les hubieran pertenecido. 

Por mal camino vamos estirando todas las arrugas y pliegues.

David Gamella


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