jueves, 29 de septiembre de 2011

Huelgas educativas

El pulso educativo se mantiene. 
Las manifestaciones las estamos fabricando sin fecha de caducidad. Las propuestas afloran en cada uno de los centros y las asambleas haciendo gala de una creatividad y un compromiso que ya se estaba echando en falta. La implicación de las familias crece. El apoyo mediático se define según quien paga y quienes nos recortan derechos y oportunidades huelen a quemado bajo sus sillones.
Claro que el tema de las huelgas, clásica herramienta obrera del siglo XIX, es otro cuento. Como otros derechos, sutilmente ha sido conducido a menos. Los poderes tienen aliñados unos descuentos salariales tan afilados que a nada que te comprometas contra sus causas, recibes serias puñaladas a fin de mes.
A golpe de publicidades y deseos inoculados sin receso, hemos accedido a un modo de vida dependiente de una paga llamada a taponar las vías caladas sobre el casco de nuestras naves. Un poco para la santa hipoteca, otro para el gas, la luz, y el teléfono, la letra del coche y la moto, otro tanto para el transporte y los vicios y si sobra para la bolsa de la compra.
Total, que de este modo quienes nos dirigen saben que nuestra defensa hace agua al tercer día, cuando las cuentas se descuadran de mala manera.
¿No es momento de inventar otro sistema contra el sistema?
Busquemos otras maneras de remover sus cimientos, usemos herramientas del siglo XXone.
DG


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