Los buenas mentes del Observatorio Metropolitano paginaron no hace tiempo una trama de razones y consecuencias venideras sobre el tema educativo.
Sus libros, también presentes en su web, son fuentes claras y cristalinas para entender el presente cosmopolita que habitamos, es decir, son de recomendable lectura y reflexión.
Yo acabo de degustar "La crisis que viene"
Al borde de la crisis de la educación
Si en la sanidad la diferenciación del servicio en razón de la renta o la clase de los pacientes está siendo uno de los resultados de la política de privatizaciones, en materia de educación se podría decir que éste es directamente el objetivo. No a otro fin responde la existencia, desde hace ya décadas, de numerosas congregaciones, fundaciones y empresas que gestionan colegios de educación primaria y secundaria. La justificación de esta situación, que fue ratificada en la Transición al tiempo que se aseguraba la financiación pública de estos centros a través de la figura del «concierto escolar», apela al reconocimiento de la libre elección de la educación de los hijos. Así, los colegios concertados y privados llevan décadas provocando de facto una formación diferenciada según un criterio de clase y/o renta que, si bien generalmente no se traduce en un «mejor» nivel académico (por más que se oculte sistemáticamente, el mejor rendimiento académico corresponde a la enseñanza pública, tal y como muestran las pruebas realizadas en Primaria y Secundaria, además de los resultados de Selectividad), sí impide el encuentro durante la infancia y adolescencia de grupos sociales distintos. Esto sencillamente favorece la reproducción de las diferencias de capital social y simbólico. Por lo demás, si el objetivo declarado y el principio legitimador de la educación pública ha sido propiciar la igualdad de oportunidades, parece lógico sospechar que la externalización de servicios educativos alterará este fundamento al introducir lógicas de gestión que pasan por la maximización del beneficio económico y la atención diferenciada del alumnado.
Las transferencias en materia de educación a las comunidades han supuesto una nueva oportunidad para reforzar la segregación en la escuela. El gobierno del PP no se ha caracterizado por su discreción a la hora de apoyar la enseñanza concertada, tal y como señalan medidas recurrentes como la cesión de suelo para centros de titularidad privada, los importantes beneficios fiscales de los que gozan, la omisión de construcción de escuelas públicas en nuevos barrios, etc. De este modo, la enseñanza pública ha ido perdiendo terreno frente a la concertada y privada, hasta el punto de que Madrid es una de las pocas comunidades autónomas en las que la mayor parte del alumnado acude a escuelas de gestión privada. De hecho, en el curso 2006-07 sólo el 37 % de los alumnos escolarizados en Enseñanzas de Régimen General asistió a un centro público en el municipio de Madrid. La distribución geográfica de este porcentaje manifiesta la clara especialización social de la enseñanza pública en los segmentos sociales más desfavorecidos. Baste comparar que en el distrito de Salamanca (el tradicional barrio burgués de la ciudad), sólo el 15 % de los alumnos asistían a un centro público, mientras que en Villaverde (núcleo del sur industrial) este porcentaje se elevaba al 61 %.
La inmigración ha venido a reforzar además esta frontera de clase en materia educativa con otra de carácter étnico, que se manifiesta de forma meridiana en el hecho de que en ningún distrito existe una correspondencia entre las ratios concertado-privado-público de los alumnos nativos y aquéllos que provienen del extranjero. Así, si solamente el 33 % de alumnos nativos acuden a colegios públicos madrileños, el porcentaje de los alumnos de procedencia extranjera es casi el doble. Si se consideran los casos por distrito, teniendo especialmente en cuenta aquéllos en los que la población inmigrante no es de origen europeo, el porcentaje suele superar el 70 %. De este modo se declina la famosa «libertad de educación» esgrimida repetidas veces frente a cualquier denuncia contra los privilegios de la enseñanza concertada y privada: los padres prefieren el colegio concertado, aunque sea peor, que «mezclar» a sus hijos con pobres e inmigrantes.
De otra parte, a esta segregación se ha añadido recientemente un conjunto de nuevos dispositivos que promueven una fuerte diferenciación interna dentro de los propios centros públicos. Se trata de la diversificación curricular, las diferentes compensatorias (interna, externa, aulas de compensatoria externa, etc., que separan a los alumnos según su rendimiento y actitud) y las aulas de enlace (para una supuesta inmersión lingüística rápida) recogidas como Medidas de Atención a la Diversidad, y que se supone deberían facilitar la integración y «poner al nivel» a alumnos que por distintos motivos no pueden seguir las clases de su curso de referencia. Obviamente, lo que se observa es que una parte importante de la población inmigrante en edad escolar, así como de los chicos y chicas de los grupos sociales «menos favorecidos» y de todos aquéllos que no se comportan en clase como se espera, han acabado siendo derivados a estos servicios, convertidos ahora en una suerte de cuneta o escombrera del sistema escolar. Valga como botón de muestra que si bien en el curso 2006-07 los extranjeros sólo suponían el 12,2 % de todos los alumnos de Enseñanza General en la Comunidad, representaban el 52,8 % de los alumnos que asistían a las aulas de compensatoria.
A pesar de las buenas intenciones declaradas y de los recursos invertidos, estas medidas de atención a la diversidad parecen haber sido muy poco eficaces en términos de inclusión escolar. Pocos son los alumnos que se reincorporan a la vida escolar «normal», pocos los que reducen su absentismo, y pocos también los que sacan provecho de estos dispositivos para su inserción laboral. De hecho, en muchos casos esta diversificación conlleva la interiorización de una posición de inferioridad. La probada falta de eficacia de estas medidas induce la sospecha de si no serán otros sus objetivos reales. Por otra parte, no sólo son los grupos minoritarios –migrantes extranjeros y alumnos de bajo nivel socioeconómico– los derivados a estos servicios, sino que muchas veces las propias diferencias que, en teoría, valorizan estos dispositivos, son utilizadas como coartada para explicar el fracaso escolar, desestimando los factores socioeconómicos. En definitiva, la operación última de este modelo educativo parece ser la de convertir la segregación de etnia y clase social en un problema de nivel académico o de disciplina, soslayando las causas reales de los problemas que amenazan a una institución al borde del colapso.
Como era de esperar por todo lo dicho, la Comunidad de Madrid no sólo no ha intentado solucionar estos problemas, sino que ha creado una lista paralela de interinos para estas medidas, de lo que resulta una gran rotación laboral de profesionales y una gran falta de coordinación con los profesores «regulares». De hecho, algunos de los dispositivos de diferenciación educativa, como la Compensatoria Externa, se están subcontratando a empresas privadas, derivando así el problema al sector privado al tiempo que se genera un nuevo «nicho de negocio».
La gestión de la heterogeneidad en la escuela a través de la diferenciación por nivel apunta hacia un tipo de políticas públicas que ya no se dirigen, ni siquiera de manera formal, a un futuro inclusivo y equitativo. En conjunto, la reducción relativa del peso de los centros públicos, el trato de favor a los centros concertados y privados y la externalización progresiva de servicios produce un vaciamiento de este pilar social que es la educación pública.
Manifiesto por Madrid
http://www.observatoriometropolitano.org/
http://madrilonia.org/?p=6590
http://profesorgeohistoria.wordpress.com/2011/10/25/al-borde-de-la-crisis-de-la-educacion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu tiempo!