miércoles, 23 de noviembre de 2011

Rémoras y lastras educativas

La escuela actual, queramos asumirlo o no, se ve forzada a permanecer en las estrictas laderas de lo educativo, olvidando para otro tiempo los ricos valles del conocimiento, la reflexión y el intelecto.
En términos generales (y grupales), las muestras de irresponsabilidad, la falta de referentes humanísticos, la desconexión con las realidades ajenas (y con la propia), las precariedades en el respeto observadas, el desapego, la zafiedad reinante, la desproporcionada balanza de los derechos y los deberes, la fragante falta de atención y escucha, el nulo interés por el esfuerzo personal, la baja tolerancia al fracaso o la insoportable levedad ética que muestra el alumnado, son entre otros factores un foco inagotable de conflictos que cortocircuitan cualquiera de los canales intelectuales necesarios para que pueda darse el más nimio de los aprendizajes. De esto se deduce que los docentes además de estar duchos en contenidos (cada año por cierto más simples y adelgazados) deben también sostener la labor reeducativa que buena parte de las familias desatiende y que el conjunto de nuestra perturbada sociedad promueve. Tal vez esto deba ser lo importante, lo prioritario en las escuelas, porque sin una base social integradora y "tolerabilizadora"ningún saber para bien puede asentarse.
También es evidente que la tarea de educar está vinculada al entorno, al suceso que acontece, al presente que se vive. Por ello el afuera tiene el mismo valor cualitativo que las historias que el interior de las aulas contemplan.
El hecho más cercano que promueve esta entrada y que en buena medida trasloca (junto a otras muchas) el empeño diario del profesorado lo encontramos por ejemplo personificado en el señor Artur Mas.
Hace unas horas y a dos días de las elecciones generales a las que concurría su partido, ha anunciado duros recortes en los sectores públicos hasta por las sisas. No vamos a valorar el carácter y el alcance de tales medidas pues están en la lógica de la ultra derecha fina y elegante que representa. Tal anuncio no debería habernos llamado la atención si hubiera ocupado parte de sus recientes y numerosos actos de campaña (fotos, gracejo y palmaditas gratuitas incluidas). Muy al contrario y como es ya costumbre en los de su especie (política), ahuecó el ala, se maquilló y disfrazó, silbó como despistado y habló y habló de cuestiones viscerales identitarias y de otras mandangas que a nada le comprometían, eludiendo ostentosamente hacer el más mínimo bosquejo de las tropas segadoras que hoy desembarcan en las costas catalanas. Una vez contadas las papeletas y obtenidos los réditos esperados: fuera las muletas, abajo las tramoyas y el estoque hasta dentro.
La vileza que subyace este acto, la bajeza moral que acredita, amén de la cobardía, la ruindad y la sordidez meticulosamente trazada son un modelo que se asienta con fertilidad en cualquier terreno, vamos, que no es extraño verlo por los platós televisivos, en las columnas periodísticas y en otros saraos. Como si de una raposa se tratase, con tal comportamiento ha eludido la primera de las responsabilidades honoríficas del cargo que ostenta, el respeto a sus ciudadanos (a quienes supuestamente se debe) mediante el ejercicio de la franqueza y la honestidad cuando éstas correspondían; aunque quizá, ilusos, mucho estemos pidiendo al respecto.
En lo tocante al tema con el que abríamos, sería todo un lujo poder prescindir de "ayudas" como las suyas ya que aun no hay vacuna para tales ataques víricos. Los que estamos inmersos en las lides educativas agradecemos que tal y como está el patio, no se pongan más palitroques en las ruedas cuadradas del sistema. Un acto de este tipo permanece (aparte de por las consecuencias de lo que promete) por las formas, por lo que vende, y ya está bien de mangurrianes haciéndose notar sin valía alguna, que luego sus vainas no salen ni con espátula .
DGamella

3 comentarios:

  1. "A parte" de por ser compa, me duele ver que hay gente que mete precipitadamente el dedo donde no debe (en este caso en el tabulador). "Aparte" de esta ligera reprimendilla ortográfica, te comento que estoy muy de acuerdo con lo que comentas.

    De todos modos, el señor Artur Mas (con los recortes, Artur "Menos") no engañaba a nadie con su disfraz de cordero-salvapatrias. La derecha es lo que tiene.
    Saludos verdes.

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  2. No paro de decir a quien me dé oreja que, coincidiendo contigo, ya que les elegimos y se llenan la boca de "servicio público" debe empezar a voltearse la idea de que nuestros futuros dependen de ellos, porque precisamente es al revés aunque también nos han sisado el mecanismo para llevarlo a cabo. Pandilla de sátrapas...

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