lunes, 12 de diciembre de 2011

Regalos SUIZOS. Juan José Millás

En esta foto de octubre de Esperanza Aguirre,
lo importante son los detalles:
la pulsera con la bandera española,
el carrito con el logo de un banco suizo,
su mirada triste y desengañada.
El pasado 11 de Diciembre, el diario EL PAÍS refería el siguiente artículo de Juan José Millás. En él se analiza por encima, en base a la imagen, las querencias que luego la señora condesa confirma según abre la boquita. Si no fuera porque ya conocemos las glorias y pecados de la interfecta, podríamos contradecir que una foto  define injustamente a una persona, pero no, no es el caso. La evidencia del refrán en cuanto a saber cómo eres según con quien te juntas queda patente.
Dice así:
"Lo interesante de esta foto, como lo interesante de la vida, está en los detalles. Observen, por ejemplo, que el carrito de los palos de golf de Esperanza Aguirre lleva impreso el logo de Credit Suisse, el segundo banco más grande de Suiza, con sede en Zúrich, especializado en servicios financieros internacionales. ¿Qué necesita uno para recibir un obsequio de ese calibre? ¿Tener cuentas en Suiza? ¿Ser un cliente distinguido? ¿Salir a cenar con Rodrigo Rato? Piense en el último regalo que le hizo a usted su banco y obtendrá conclusiones. El otro detalle es también de orden nacional, o nacionalista, según se mire. Nos referimos a la pulsera con los colores de la bandera española que la presidenta de la Comunidad de Madrid luce en su muñeca izquierda. Con una patria financiera como Suiza y una patria mental como España, puede uno llegar muy lejos, aunque no tanto como a Aguirre le hubiera gustado, de ahí quizá esa mirada de desengaño, un poco triste, casi como de haber llorado, que no logra disimular con la sonrisa dirigida a cámara. Aguirre no es feliz y no porque el mismo día en el que participaba en el torneo de golf los profesores de la enseñanza pública le montaran una huelga, eso le da lo mismo. No es feliz porque la vida pasa y las esperanzas se desvanecen y Gallardón sube como la espuma. Lo que no sabemos es si esa espiral de desdicha en la que parece haber entrado la volverá más agresiva o más dúctil, más piadosa o más cruel. Tampoco es que nos importe mucho, la verdad, solo tratábamos de demostrar que el crédito suizo, como la riqueza, no da la felicidad".

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