miércoles, 11 de julio de 2012

Carnicería PPEPERA


Como los recortes perpetrados hasta ahora no han encharcado de sangre suficientemente el país, hoy el carnicero mayor del reino ha sacado a pasear la motosierra.

Cada tajo del matarife ha sido ovacionado por una bancada ebria de sicarios sedientos de vísceras. Mientras, algunos se tiraban las manos a la cabeza en la balconada de enfrente. Los muy ingenuos pensarían que esta escabechina nunca llegaría.
Una vez más quedan al margen los holgados potentados a los que se les regaló hace no mucho una amnisitía fiscal, amén de unas condiciones tributarias insultantes (para el resto de los mortales).
La deriva de los tiempos indican claramente que nada ha cambiado en Europa desde las oscuridades nazis. Pareciamos haber aprendido algo de tan siniestras acciones, pero el inmovilismo social, sobrebarnizado de anestesia, deja hacer, se conforma, se queja digitalmente. La imposición fascista de los que se creen poseedores de la verdad divina estrangula los derechos, estigmatiza a las clases desfavorecidas, controla el aire que respiran, se ceba con las debilidades haciendo ostentación de una risa enfermiza, prepotente, asesina.
Ahora más recortes, más distancias, más insultos a la inteligencia humana como si fuésemos de una especie inferior.
Ahora menos posibilidades, menos libertades, menos esperanzas, tal y como diseñaron para ese pueblo al que por capricho decidieron exterminar.

DG

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