Un estudio genético revela que uno de cada cinco españoles tiene ascendencia judía y uno de cada 10 tiene genes heredados de los habitantes del Norte de África.
 
La revista científica ‘American Journal of Human Genetics’, 
publicó en su mas reciente edición los resultados de un estudio 
realizado en la península Ibérica por un equipo internacional de 
investigadores compuesto por científicos británicos, españoles, 
portugueses, franceses e israelíes.  El grupo de investigadores que 
estuvo dirigido por el británico Mark Jobling de la Universidad de 
Leicester  realizó un estudio genético entre 1.140 hombres de 18 
poblaciones de la península y las Islas Baleares para determinar los 
orígenes genéticos de la población española.  
Los resultados de la investigación son sorprendentes pues sirven para
 desmitificar ciertas percepciones históricas que establecieron unas 
visiones de claros tintes  racistas, islamofobas o antisemitas en 
algunos momentos de la historia de España. Estas percepciones históricas
 ligadas a eventos de la historia de España como la Reconquista, la 
expulsión de los judíos y de los moriscos en 1492 han prevalecido 
durante  siglos en amplios sectores de la población española y dejaron 
su particular legado no solo en  aspectos como la limpieza de sangre o 
la conversión de judíos y moros, también en la huella genética de la 
actual población española. Pero ahora a raíz de este esclarecedor 
estudio se puede producir un interesante debate entre las pruebas 
científicas aportadas por genética y la historia, pues según las 
conclusiones del estudio “un 10% de la población actual tiene 
características genéticas propias de los habitantes del norte de África y
 un 20% de los judíos sefarditas”.
¿Como se realizó el estudio? 
Para llegar a esta conclusión, los científicos comenzaron a trabajar en el 2000 en un estudio en donde recogieron muestras de 1.140 hombres de 18 poblaciones de la península y las Islas Baleares. El grupo de científicos llevaron a “cabo un análisis del cromosoma Y, únicamente presente en los hombres y que se transmite de padres a hijos”.
Para llegar a esta conclusión, los científicos comenzaron a trabajar en el 2000 en un estudio en donde recogieron muestras de 1.140 hombres de 18 poblaciones de la península y las Islas Baleares. El grupo de científicos llevaron a “cabo un análisis del cromosoma Y, únicamente presente en los hombres y que se transmite de padres a hijos”.
Según el doctor Calafell de la Uiversidad Pompeu Fabra, “la 
investigación se centró en el análisis del cromosoma Y porque no se 
recombina en la reproducción, lo que hace que sólo las mutaciones lo 
modifiquen, por lo que los científicos pueden determinar su orden de 
aparición”. Posteriormente, las muestras obtenidas se analizaron y se 
“compararon con las poblaciones de judíos sefarditas y de individuos del
 norte de África, que tienen la ventaja de ser muy diferentes a las 
poblaciones receptoras originarias de la Península Ibérica, por lo que 
su diferenciación es sencilla”.  De este modo, llegaron a la conclusión 
de “que uno de cada tres españoles tiene ascendentes moriscos o judíos”.
¿Son confiables estos resultados?
De acuerdo con el doctor Calafell, “mientras que los datos obtenidos para el origen norteafricano apenas arrojan dudas metodológicas y parece plausible que un 10% de la población proceda de musulmanes norteafricanos llegados a la Península a partir del 711, los marcadores genéticos usados para distinguir a la población con ancestros sefardíes pueden producir distorsiones”.
¿Son confiables estos resultados?
De acuerdo con el doctor Calafell, “mientras que los datos obtenidos para el origen norteafricano apenas arrojan dudas metodológicas y parece plausible que un 10% de la población proceda de musulmanes norteafricanos llegados a la Península a partir del 711, los marcadores genéticos usados para distinguir a la población con ancestros sefardíes pueden producir distorsiones”.
Las razones esgrimidas por el experto se basan en el hecho de que los
 elementos  genéticos que tiene la población de origen sefardí, también 
son  “compartidos por otros pueblos de Oriente Medio desde Turquía hasta
 Líbano, con lo que en realidad, ese 20% de españoles que el estudio 
señala como descendientes de sefardíes podrían haber heredado ese rasgo 
de movimiento más antiguos, como el de los fenicios o, incluso, primeros
 pobladores neolíticos que llegaron al península hace miles de años”.
Por tal motivo, les aconsejo que si tienen la oportunidad consulten 
mi post del pasado 2 de noviembre,titulado: “Los fenicios desaparecieron
 hace mas de 2.000 años pero dejaron una profunda huella genética en los
 pueblos del Mediterráneo” en el cual comento los resultados de un 
interesante estudio hecho para determinar la huella genética de los 
fenicios sobre los actuales pueblos del mediterráneo. Dicho estudio  
también fue publicado en la edición del mes de octubre de la revista    American Journal of Human Genetics
La genética y la historia
¿Cuál es en realidad el vestigio genético dejado por ocho siglos de presencia musulmana en España y muchos más de convivencia judía? En opinión de los autores del estudio la genética aporta algunas de las respuestas. Aquí puede que se encuentre una de las más sorprendentes revelaciones de la investigación, la correlación que existe entre la genética y la historia para contrastar datos históricos. Por ejemplo, los investigadores encontraron que la presencia de genes norteafricanos es mayor en la mitad occidental de España en las provincias de León, Salamanca, y Zamora, que en la mitad oriental de la península como en las provincias de Granada. De acuerdo con los datos obtenidos por el estudio “no hay evidencia de un gradiente sur-norte en los cromosomas norteafricanos. Más bien hay una divisoria entre el oeste (alta frecuencia) y el este (baja): la ascendencia norteafricana va de 0% en los Pirineos al 20% en Galicia y el 22% en Castilla noroccidental. Andalucía tiene uno de los índices más bajos.”
La genética y la historia
¿Cuál es en realidad el vestigio genético dejado por ocho siglos de presencia musulmana en España y muchos más de convivencia judía? En opinión de los autores del estudio la genética aporta algunas de las respuestas. Aquí puede que se encuentre una de las más sorprendentes revelaciones de la investigación, la correlación que existe entre la genética y la historia para contrastar datos históricos. Por ejemplo, los investigadores encontraron que la presencia de genes norteafricanos es mayor en la mitad occidental de España en las provincias de León, Salamanca, y Zamora, que en la mitad oriental de la península como en las provincias de Granada. De acuerdo con los datos obtenidos por el estudio “no hay evidencia de un gradiente sur-norte en los cromosomas norteafricanos. Más bien hay una divisoria entre el oeste (alta frecuencia) y el este (baja): la ascendencia norteafricana va de 0% en los Pirineos al 20% en Galicia y el 22% en Castilla noroccidental. Andalucía tiene uno de los índices más bajos.”
El aspecto mas interesante a efectos históricos según el artículo “es
 que ese dato concuerda perfectamente con los registros históricos. Tras
 la revuelta de los moriscos en el siglo XVI, la mayoría de ellos fueron
 deportados de sus lugares de origen en Granada y Valencia  llevados al 
exilio al noroeste de España”  por las ordenes de expulsión de moriscos 
ordenadas por Felipe III en 1609, que “diezmaron los guetos de Valencia y
 Andalucía, pero que poco pudieron hacer contra las dispersas e 
integradas poblaciones de Extremadura y Galicia”.  Así que “quinientos 
años después, el genoma de los españoles lo demuestra: hay más 
descendientes de moriscos en la plaza de Salamanca que en el Albaicín 
granadino.” 
En cuanto a los cromosomas de origen sefardí, a pesar de ser de una 
época más remota, aparecen distribuidos por el territorio español de 
forma más homogénea. Excepto en el noreste de Castilla, Cataluña y los 
Pirineos, en donde su frecuencia es muy baja. Estos datos revelan, según
 los autores, “un alto nivel de conversión, voluntaria o forzosa, 
impulsada por episodios históricos de intolerancia social y religiosa, y
 que condujo a la integración de los descendientes”. Hoy día, se supone 
que la población actual de sefardíes en todo el mundo es de unos dos 
millones de personas. Pero ahora sabemos gracias a los resultados de 
estudio que sólo los descendientes españoles de sefardíes suman más de 
ocho millones.
Estudios genéticos como esté que he comentado resultan muy 
esclarecedores para conocer sobre los grandes flujos migratorios, pero 
como vemos aún queda mucho margen para ampliar nuestro conocimiento. En 
un futuro próximo, se podrán realizar estudios similares para estudiar 
los efectos de las invasiones, migraciones y otros movimientos de 
población registrados en la historia del Humanidad como: la conquista y 
colonización de América por parte de los españoles y portugueses, la 
influencia demográfica de los incas sobre los pueblos andinos, la 
conquista española de las Islas Canarias; la repoblación de la ribera 
del Guadalquivir con personas del centro de Europa según fue ordenada 
Carlos V en el siglo XVI, la conquista inglesa de Norteamérica, la 
influencia de los pueblos gitanos en Europa, la llegada de millones de 
esclavos africanos a América o la masiva migración de millones de 
europeos a los Estados Unidos, Argentina, Canadá y Australia. Estoy 
convencido que muchos de esos trabajos resultaran decisivos no solo para
 desmitificar y esclarecer eventos históricos también para generar una 
nueva conciencia, una mayor solidaridad entre las personas y los pueblos
 del mundo mas alejada de estrechas percepciones racistas, nacionalistas
 y etnocéntricas.
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