miércoles, 12 de mayo de 2010

Bologna


Sienas, tierras, ocres, naranjas, sepias, marrones. Semicírculo cromático de azules y morados renegado.Columnas, fachadas, atrios, frontones, peraltes, toda una lección pública de arquitectura clásica. Llamando a las puertas de Bologna, me voy encontrando con palomas, porteros, bicicletas, soportales, calles empedradas y un aire a antiguo que pesa allá donde pises. Todo viste una belleza gastada, espesa, que presenta la densidad propia de los líquidos remansados (y aun así, aquí se vive).
Horas de clase, de cambio de mentalidad, de lengua, de aromas. Tiempo de enseñar aprendiendo, tiempo de abrirse a otros mundos, tiempo.
DG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu tiempo!