Deben estar demasiado HAMBURGUESADOS ya (y nosotros con ellos) los medios que nos venden hoy a un Gadafi malvado y siniestro, un sátrapa que masacra a su pueblo (con nuestras armas):
"ese es el monstruo que hay que destruir ahora, mandemos a Superman, a Rambo y al "Chuachenager" para que le den su merecido - (cuando aprenderán de gente bien como nosotros)".
Ayer, resultaba ser un santo varón merecedor de todos los honores y aplausos, a quien acogíamos con su jaima y todos los boatos por las cortes de Europa.
La consabida tortículis del Norte Rico callaba con las manos manchadas de petróleo y una sonrisa complaciente.
Si nos echamos las manos a la cabeza corremos el riesgo (y eso es intolerable) de llenarnos el pelo de crudo y eso luego no sale.
Hipócritas nuestros gobernantes.
Pringrosos y contaminantes como chapapote sus discursos bizcos(os).
DG
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