lunes, 13 de agosto de 2012

Sánchez Gordillo les deja sin palabras

Sánchez Gordillo rentabiliza, con argumentos de cemento armado, los minutos que el sistema mediático le regala.
Este programa, carente del veneno casposo que empleó hace pocas horas, otro espacio de (supuesto) debate en la misma cadena (evidenciando la estrechez mental de quienes lo dirigen y presentan), ha preguntado y escuchado con respeto los argumentos del famoso alcalde de Marinaleda, quien ha dejado incluso sin palabras a los contertulios más alejados de sus posiciones políticas y morales.

Una vez más Sánchez Gordillo asume el discurso propio del humanismo cristiano, ese que ha abanderado a tantas organizaciones católicas y que ahora las grandes instancias eclesiales eluden por mandato político-divino. Sí Cristo levantara la cabeza...
Él defiende la dignidad de los más necesitados, denuncia la injusticia vertida contra los débiles por su condición precaria, remarca las prácticas macabras de quienes dicen estar en el gobierno, esos que acostumbran a llevar en la boca la palabra patria para todo y se visten de banderita, pero que realmente están vendiéndonos a los corsarios financieros y a los terroristas de la banca, a los que dispone una alfombra roja hecha de parados, inmigrantes sin papeles, desahuciados y demás gente empujadas al NO futuro.

Su escenificación en el supermercado está dando sus frutos y ha logrado que los focos multipliquen el mensaje de fondo que traían aquellos actos. Ahora tendrán obviamente que responder ante la justicia (esperemos que no ante las chusquerías ilegales del gobierno, que parece desconocer los cauces normales de la ley y prefiere otras diligencias del pasado) pero esos son circunstancias menores, por más que les pese a los macarras de la moral que rechinan sus dientes y se arrancan a jirones el cabello ante la posibilidad de un ajusticiamiento en la plaza de cualquier pueblo.

El discurso de los de arriba aplastando a los de abajo que parecía abolido en el mundo contemporáneo ha resucitado. Al tiempo que a un pobre se les pone la medalla criminal ante cualquier ruptura de la ley por famélica que sea, al rico se le facilitan los caminos para defender sus diligencias monetarias destinadas siempre a implementar la riqueza de sus casta, a costa de los interés comunes.

Sánchez Gordillo les ha encontrado la vena, por eso están nerviosos, por eso le criminalizan.
DG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu tiempo!