Ya hay voces que apuntan a la que "relajación" que se observa en el gobierno frente a los incendios responde al interés por desmontar el estado autonómico. Hay medios, pero no del todo ineficaces y descoordinados. Como si de una parsimoniosa pantomima se tratase.
Siguiendo con las mismas rutinas de abandono y desprestigio, que tan buenos resultados les están dando en Educación y Sanidad, con las que pretenden hacer de éstas dos feudos del sector privado, quieren reflejar del mismo modo ciertas carencias en las competencias asumidas por los gobiernos autonómicos con las que avalar la pertinencia tendenciosa de sus tesis y por tanto justificar su necesario desmantelamiento.
Lo hiriente es que dejen quemar hectáreas de parques naturales para cubrirse las espaldas ante la opinión pública y poder tener datos fehacientes con los que demostrar la supuesta incapacidad de éstas para velar por los intereses de sus ciudadanos.
Tanta perversión me repugna.
Las autonomías necesitan una reforma de los gastos y las prebendas, es evidente, pero la solución no pasa por la disolución patriótica que nos retorne a la nación retrógrada de un sólo ojo, una sola mente y una sola verdad.
DG
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